Primeros habitantes en el Estado
Esta etapa comprende desde la llegada de los primeros habitantes hasta el año 1500. Abarca desde el arribo de los primeros pobladores a las tierras de Nuevo León, hasta la llegada de los conquistadores, y las condiciones de vida y convivencia que se fueron dando entre estos dos grupos.
Piedras Pintas en el municipio de Parás, y Trinidad y Sabinitos, en General Treviño, son sitios en donde se han encontrado importantes vestigios de petroglifos que han llamado la atención, aparecen en grandes rocas descritas o llamadas como frontones.; también llaman la atención pinturas rupestres en el Cerro de los Papagayos, en el del Fraile y en el Paso del Indio.
Entre los grupos de bandas de nómadas recolectores y cazadores, sobresalen los hualahuises, habitantes del sur; los coahuiltecos, en el oeste; los borrados, pintos, rayados, y otros identificados por sus tatuajes, en el oriente, y los catujanes en el norte del estado, al igual que los alazapas y otras distintas bandas.
Se considera, sobre la base del perfil lingüístico, que los pobladores hablaban idiomas que podrían ubicarse como descendencia de las familias hokana, atapascana y otomangue.
Tribus y características
En los alrededores de los municipios de Monterrey, Cadereyta y Cerralvo llegaron a formarse cerca de doscientas cincuenta tribus, todos con diferentes características y rasgos distintivos en base de los cuales se les asignaron los nombre; además de la zona donde habitaban.
La mayoría de los integrantes eran cazadores, y sus herramientas de caza eran arcos, flechas y cuchillos.
Sus materiales y sus armas
Los arcos estaban hechos de raíz de mezquite, y sus cuerdas de fibra de lechuguilla; las flechas, de carrizo con un pedernal en la punta, y los cuchillos de piedra con mangos de madera.
Vestimenta
Hierbas, zacate tejido y pieles de venado eran los materiales que empleaban las mujeres para cubrirse. Su vestimenta estaba hecha de los materiales que tenían a la mano o de recursos que frecuentemente empleaban.
En cambio, los hombres andaban semidesnudos y descalzos. Sólo en algunas ocasiones utilizaban calzado semejante a lo que se conoce ahora como huaraches.
Alimentación
Tanto los primeros pobladores, como la agrupación de éstos en grupos o tribus basaban su alimentación diaria en carne, nopales, tunas y mezquite.
El cocimiento de la carne variaba de acuerdo con los motivos o acontecimientos que se festejaran, como ejemplo están sus festejos donde consumían diversas clases de cactus y carne cocinada como barbacoa, un cocimiento diferente al diario.
Costumbres
Para las fiestas o celebraciones de la tribu, las mujeres se adornaban con collares de caracoles y dientes de animales.
En algunas otras tribus se acostumbraba que se agujeraran las orejas, los labios o la nariz para colocarse huesos, plumas o palos; también se pintaban la cara con rayas, como símbolo de adorno.
Cuando algún integrante de la tribu moría, se le sepultaba y en su tumba se sembraban nopales (aún no se sabe el significado de este rito, pero se cree que era en forma de veneración).
Bodas o casamientos
El festejo de una boda difería entre las que celebraban los grupos pobladores y las de los caciques. Cuando alguno de la tribu se casaba, no se realizaba ningún tipo de celebración. Sólo se daban ofrendas. El futuro esposo llevaba a los padres de la novia algunos obsequios como pieles de venados, entre otros. Pero cuando la boda era de los hijos de los caciques se realizaba una celebración especial conocida como MITOTE.
Mitote
Se realizaba para festejar bodas, declaraciones de paz o de guerra con otras tribus, etc. Durante esta celebración se comía y se bailaba. La música de los bailes la creaban los indígenas con instrumentos elaborados por ellos mismos.
Durante una celebración especial la comida, la vestimenta y los bailes hacían referencia al objeto de festejo.
Instrumentos musicales
En las fiestas o mitotes bailaban con música e instrumentos que ellos mismos elaboraban con materiales comunes y usuales.
Calabacitas con agujeros rellenas con piedras de hormiguero, palos de madera que raspaban con palillos, flautas de carrizo y guajes secos conformaban las herramientas necesarias para hacer su música, por lo tanto esos eran sus instrumentos musicales.
Educación
Los niños junto con sus madres recolectaban raíces, plantas y semillas hasta que el menor tuviera la edad suficiente para iniciar con sus tareas.
Los pequeños crecían viendo las actividades que realizaba cada miembro de la tribu, y sólo podían integrarse al resto, cuando tuvieran las condiciones físicas y la edad necesaria para realizar las actividades que les correspondían.
La vida comunal de los pobladores
Alonso de León, cronista del siglo XVII quien observó a los grupos indígenas del Nuevo Reino de León, en una de sus narraciones dio a conocer puntos importantes sobre la vida diaria y las relaciones que se daban entre los pobladores.
De León narró que los indígenas se mudaban de una parte a otra agrupando y desagrupando familias sin considerar con quienes se unían, ni mostrar preferencia por algunos integrantes.
También escribió que el respeto entre padres e hijos y viceversa, no era como el que se tenía entre el resto de los pobladores (gobernadores, virreyes, etcétera), que entre estos grupos no importaba la jerarquía de las personas, tanto padres como hijos podían correrse como si fuese un integrante más de la tribu.
El cronista especificó que se le llamaba ranchería al lugar donde estuviese la mayor congregación, y que dentro de estas se encontraban alrededor de quince chozas, con forma similar a la de una campana reforzadas en sus extremos por otras.
Además, aclaró que las congregaciones las hacían sólo en tiempo de guerra, a manera de protección, y en tiempos de paz, las familias vivían libremente en los montes cambiando de lugar según su comodidad después de un par de días o semanas completas.
La movilización podía hacerse siempre y cuando no pasaran los límites con otras rancherías sin consentimiento de los habitantes de ésta, de lo contrario causaría conflictos entre las familias.
De León observó que los grupos móviles eran de ocho a diez personas, entre mujeres, hombres y niños. Sólo en algunos casos aumentaba o disminuía el número de integrantes.
Antecedentes Coloniales
Llegada de europeos a tierras neoleonesas
Alvaro Núñez Cabeza de Vaca, es uno de los hombres a quien se tiene registrado en la historia, como el primer navegante que arribó, junto con sus compañeros en 1535, a tierras del estado de Nuevo León.
Las siguientes penetraciones fueron por fray Andrés de Olmos quien arribó en 1544; Andrés de Ocampo, en 1552; fray Pedro de Espinadera, a finales de 1560 y Alberto del Canto, en 1577.
Destaca entre éstos la penetración de Alberto del Canto. Fundador de algunas de las villas de la entidad.
Alberto del Canto, Valle de la Extremadura
Fundación de Monterrey como asentamiento dentro de la historia de Nuevo León se marca el año de 1577 como el año del descubrimiento oficial de sus tierras, por el capitán Alberto del Canto.
Del Canto venía comisionado por el Gobernador Martín López de Ibarra, para el descubrimiento y la conquista de algunas tierras. Primero fundó la Villa de Santiago de Saltillo (1537), y después avanzó hacia el noreste. A su llegada a tierras neoleonesas Del Canto encontró un valle, al que por iniciativa propia, llamó Valle de la Extremadura. En este valle estableció el pueblo de Santa Lucía, hecho que se tomó como la primera fundación de Monterrey como asentamiento.
Durante su recorrido dentro del territorio neoleonés encontró las minas de Trinidad y las de San Gregorio. Estas últimas nombradas así en alusión a San Gregorio de Mazapil, lugar de donde provenía Del Canto y sus compañeros.
Luis Carvajal y de la Cueva, Viaje de Conquista
Los reyes de España ya estaban decididos a no pagar mas viajes de exploración; pero daban la libertad al que quisiera hacerlo. Siempre y cuando lo hiciera por su cuenta y con sus propios fondos.
Luis de Carvajal y de la Cueva viajó a España y negoció con el rey Felipe II, la conquista, pacificación y población de lo que se llamaría Nuevo Reino de León.
Esta negociación quedó inscrita en un documento firmado en Toledo, con fecha de 31 de mayo de 1579, donde se le estipulaba a Carvajal los límites hasta los cuales podía llegar (doscientas leguas tierra adentro, alrededor de mil kilómetros).
Extensión limítrofe del Nuevo Reino de León
Carvajal viajaría para conquistar esa gran extensión de tierra. Los límites de lo que sería el Nuevo Reino de León abarcaban desde el puerto de Tampico hasta los límites de la Nueva Galicia, y de ahí todo hacia el norte.
Es decir, tierra adentro, doscientas leguas de latitud por doscientas de longitud, sería la extensión del Nuevo Reino de León.
El viaje
Carvajal y sus compañeros embarcaron en la Nueva España, en junio de 1580, el barco "Santa Catarina", propiedad de Carvajal, en una flota adjunta, los acompañaba en el viaje el Virrey Lorenzo Suárez de Mendoza, Conde de la Coruña, quien se separó de ellos en Veracruz, el resto de la tripulación continuó el viaje hasta el puerto de Tampico, donde anclaron el 25 de agosto.
La llegada al Nuevo Reino de León
Las expectativas de todos los navegantes a bordo del "Santa Catrina" cambiaron cuando al pisar las tierras tan esperadas, la desilusión los abordó, y las recriminaciones para Carvajal no cesaron.
Los siguientes cuatro meses de 1580, Carvajal pasó largas temporadas en los pueblos del sur: Tamapache, Temotela, Xalpa y Sichú, en cumplimiento de las Encomiendas establecidas con los reyes de España.
Fundación de Monterrey
Carvajal dominó en poco tiempo todo el territorio y los pequeños poblados sur. Después, cambió el nombre de las minas de San Gregorio, por el de Ciudad de León, hoy municipio de Cerralvo, se dirigió entonces a Santa Lucía, y en 1582 fundó la villa de San Luis Rey de Francia, segundo nombre de Monterrey.
Algunos autores le llaman segunda fundación de Monterrey, ya que la primera se consideró en 1577 con la llegada del capitán Alberto del Canto, a tierras neoleonesas, pero este primer nombramiento fue sólo como asentamiento. Hasta 1582, con Luis de Carvajal y de la Cueva o Luis Carvajal, como se le conoce también, cuando se funda el Nuevo Reino de León.
El Gobierno de Carvajal
Una vez que arribó Santa Lucía y fundó la villa de San Luis Rey de Francia, el gobierno y poderío de Carvajal no tenían limitante alguna; en 1585 el territorio bajo su dominio abarcaba desde las costas del Golfo, Mazapil hasta una buena extensión del norte. Contaba, además, con tres tenientes de Gobernador, uno para cada zona.
Felipe Núñez en la zona de Pánuco; Gaspar Castaño de Sosa, al noreste, y Diego de Montemayor, en el centro, desde Santa Lucía hasta la Laguna.
Villa de San Luis. Caída de Luis Carvajal y de la Cueva
Don Luis de Carvajal radicaba en la villa de San Luis, con un gobierno estable, grandes extensiones de tierra bajo su dominio y continuos viajes, tiempo atrás, se le acusaba de apoderarse o invadir territorios que su gobierno no abarcaba.
Fue en 1584, cuando el Conde de Coruña lo mandó investigar para comprobar si eran ciertas las acusaciones que le adjudicaban, por medio del procurador de la Real Audiencia en México, Pedro de Vega, se logró indagar sobre los supuestos del virrey.
Ante los resultados obtenidos por el Procurador, Carvajal pidió amparo a favor de sus bienes, y consiguió el fallo para bien suyo. Con tal fallo, para el virrey no existía forma alguna de obstaculizar las actividades de Carvajal.
Rebelión en la villa de Carvajal
Saltillo, la mejor solución
Para suerte de don Luis, al dársele muerte a uno de los empleados, el resto de ellos se reveló provocando una ola de violencia que terminó con la villa y dando muerte a varios de los que la habitaban en el año de 1587, la villa quedó casi despoblada, y continuamente confrontaban encuentros violentos con Alberto del Canto y su gente de la ciudad de León, donde las cosas eran parecidas.
Diego de Montemayor había sido nombrado Teniente, y con el poder que su puesto le daba ofreció juntar al resto de los habitantes de la villa en la hacienda de San Francisco, hoy Apodaca, una vez reunidos, Saltillo fue el destino que tomaron; pero al estar a salvo ahí, muchos de los habitantes de la villa se dispersaron a varios lugares.
Diego de Montemayor, Lugarteniente del Gobernador de Coahuila
Un año después (1588), Carvajal vuelve al norte, después de permanecer en México por encarcelamiento, nombró a Diego de Montemayor lugarteniente del gobernador de Coahuila. Cuando Carvajal repobló las minas de Trinidad y les cambió de nombre al de Nuevo Almadén, le asignó el nombramiento a Montemayor, además, le atribuía la responsabilidad de poblar de nuevo la ciudad de León; y le daba otras facultades de poderío.
El final de Carvajal
Se dicta orden de aprehensión en contra de Luis Carvajal, orden ejecutada por Alonso López, quien viajó desde México hasta Almadén. Gaspar Castaño de Sosa quedó como Teniente cuando Carvajal era conducido a la Ciudad de México, para ser consignado. Castaño no cumplió con el cometido. Abandonó Nuevo Almadén y partió rumbo a Nuevo México. Tiempo después murió en un ataque de los chinos a las Islas de Maluco, por el año 1591.
Mientras tanto Carvajal fue entregado a la Inquisición por la denuncia de fray Juan de la Magdalena, religioso disgustado por no haberle dado los sacramentos en la ciudad de León y por encubrir a su sobrina cuando terminaba de leer un salmo. Los parientes de Carvajal afirmaban que era un hombre cristiano e íntegro. Sin importar sus declaraciones, se le condenó como encubridor.
Además de ser condenado, se le excomulgó también. Pero logró que lo exoneraran de éste último cargo dando lectura a la abjuración, documento donde renunciaba a creencias o sentimientos, dentro de la Catedral de México en 1590. Al cabo de varios días fue devuelto a la cárcel de la corte. Murió en prisión agobiado de tristeza.
Ciudad Metropolitana de Nuestra Señora de Monterrey
Durante ocho años el Nuevo Reino de León estuvo despoblado. Los primeros en llegar, después de este tiempo fueron los compañeros de Luis de Carvajal y de la Cueva provenientes de Saltillo. Entre ellos estaba Diego de Montemayor, quien después del otorgamiento del título de lugarteniente del gobernador de Coahuila, también decidió volver.
Acompañado de doce familias, Montemayor arribó lo que era el Nuevo Reino de León y fundó el 20 de septiembre de 1596, la Ciudad Metropolitana de Nuestra Señora de Monterrey. A partir de la asignación y repoblación de Montemayor en el antiguo Reino de León, se consideró como la tercera y definitiva fundación de lo que hoy es Monterrey.
Origen del nombre de Nuestra Señora de Monterrey
Montemayor por medio del nombre con el que fundó Monterrey, junto a un monte y los ojos de agua Santa Lucía trató de rendir honor a ciertos personajes. Con "Nuestra Señora" a la virgen María, y con Monterrey al título de Gaspar de Zúñiga y Acevedo, Conde de Monterrey, entonces virrey de la Nueva España.
Mercedes y poblados
Para cumplir con su objetivo en lo que fuera el Nuevo Reino de León, Montemayor cedió varias mercedes para que fuesen pobladas, entre ellas la Hacienda de los Nogales. El proceso de repoblación fue calificado como ilegal, por estar en contra de lo estipulado por el virrey Felipe II en 1573, en las "Ordenanzas de Poblaciones Nuevas". Montemayor no hizo caso omiso de las críticas y calificativos que le adjudicaban.
Con el propósito de solucionar el problema viajó un mes después a México, y el virrey con autorización de España, le otorgó el título de gobernador en 1599.
Los primeros años de la fundación de Monterrey
Durante un periodo de tiempo el Nuevo Reino de León abarcaba sólo la capital (Monterrey), el gentilicio con el que llamaban a sus habitantes era reineros. En un principio la capital estaba aislada, Saltillo era la villa más cercana, y Zacatecas que era la población más importante estaba a gran distancia. Los primeros años fueron de pobreza para los reineros, que su alimentación básica eran raíces de lampazo de los ojos de agua.
Primeras actividades y pobladores de la Capital
La agricultura y la ganadería eran las actividades de los primeros pobladores de la capital. Aunque la producción era destinada únicamente para el autoconsumo.
Los habitantes de la capital estaban agrupados en familias, algunas de ellas descendientes de Montemayor y otras, relacionadas con él. Cuando alguna familia quería integrarse a la comunidad de los reineros tenía que hacer una solicitud escrita, cumplir con ciertos requisitos y, además, la garantía de no despoblar nunca.
Con el paso del tiempo fueron llegando familias, que si habían cubierto los requisitos, como Treviño, Ayala, Garza, entre otras, éstas representantes de los apellidos regionales de mayor antigüedad.
Muerte de Montemayor
Después de etapas de suma pobreza, el ánimo y las fuerzas de Montemayor no decayeron, e intentó repoblar la ciudad de León, Almadén, y otras villas cercanas. Además, intentó fundar nuevos lugares. Pero el éxito que esperaba no llegó, por el contrario, la decadencia volvió de nuevo, y el reino quedó casi en total despoblación.
En 1611 murió Diego de Montemayor. El gobierno queda en manos de su hijo Diego "El Mozo", que también murió al año siguiente. El capitán Diego Rodríguez quedó a cargo.
Inundaciones y decadencia continua
El año de 1611 no sólo fue de pérdidas para los reineros, sino de trágicos sucesos. Las lluvias y las inundaciones arrasaron con las casas de la ciudad.
Por la situación alarmante, la Justicia Mayor trasladó a la población hacia el sur, por ser de mayor elevación. Ahí, se les repartieron tierras a los pocos afectados que se trasladaron.
El virrey preocupado por la situación de los reineros le otorgó el título de Teniente general al general Agustín Zavala, en 1626, Zavala por sus ocupaciones, asignó el cargo a Cristóbal de Irurreta, después a Diego Rodríguez y por último a Alfonso Lucas.
Para que los habitantes de la capital no la abandonaran, tiempo después de las lluvias y de las inundaciones (1662), el general Zavala mandó poner un almacén de harina, semillas y otros alimentos, que fueron repartidos a las familias por más de diez años.
La repoblación de la ciudad de León, que llamó villa del Señor San Gregorio de Cerralvo; la fundación en 1637 de la villa de San Juan Bautista de Cadereyta, son algunas de las actividades que también se le atribuyen a Zaragoza. Además de la repartición de harina, semillas y otros alimentos entre las familias de Monterrey en 1662, con la finalidad de mantenerlas dentro de la ciudad.
Evangelización
El arma que utilizaron los españoles para atraer a los indígenas, y después conquistar las regiones fue la evangelización. Se realizó de dos maneras, la primera de forma espiritual o religiosa, y la otra, militar o violenta cuyo objetivo era la conquista y el dominio sobre las tierras y los indios.
A través de la evangelización los españoles sometieron a los indígenas a trabajos pesados y los trataron como esclavos. El arribo de los frailes Juan de la Magdalena y el clérigo Pedro Infante, junto con Luis de Carvajal y de la Cueva, se tomó como los primeros intentos de conversión de los indígenas a la religión católica.
La labor que realizaron los misioneros y sacerdotes procedentes de Pánuco, Veracruz, fue la fundación de la ciudad de León. Durante casi un siglo completo, de 1601 a 1700, llegaron a tierras neoleonesas un sin número de frailes con el objetivo de fundar misiones, edificar conventos y templos.
Curas y órdenes sacerdotales en Monterrey
Los sacerdotes y el resto de los eclesiásticos de Saltillo tuvieron a su cargo también la población del Estado desde su fundación.
El padre Baldo Cortés era quien estaba a la cabeza de todo el curato; aunque residía en Saltillo pasaba temporadas en Monterrey.
Otro reconocido sacerdote fue Cebrián de Acevedo Ovalle, alrededor del año 1600 abogó para el arribo de la orden de San Francisco a tierras neoleonesas.
Gabriel de Herregoitia fue el primer nombre del fray José de San Gabriel. Ex minero que abusando de las desventajas de los indígenas, se aprovechaba para tratarlos como esclavos.
Se convirtió hacia la religión y fue un notable defensor de los derechos de los indios, por el arrepentimiento de sus actitudes.
A los frailes Lorenzo y Martín se les atribuye la fundación del Convento de Monterrey, en 1602, con el nombre de San Andrés.
Misiones y zonas de ubicación
Creación de las primeras misiones y arribo de los tlaxcaltecas. El sur: primer sector a evangelizar
Los encargados de realizar la evangelización de la población del sur fueron los misioneros del Convento de Charcas. Un ejemplo digno fue el de fray Lorenzo Cantú, quien siguió a la tribu de los negritos o bazalos para convertirlos en católicos desde Matehuala, en 1626.
En ese mismo año se tienen los registros de la fundación de la Primera Iglesia Parroquial de Monterrey.
Fray Valverde (1631) y fray Jerónimo Pangua (1633) también se incluyen dentro de los que participaron en la predicación del evangelio.
En 1646 a Alfonso de León se le comisionó para establecer el pueblo de Nuestra de San Juan de Tlaxcala, que hasta el año de 1686 cuando quedó fundado. En este lugar se asentarían cuatrocientas familias tlaxcaltecas, colaboradores de los españoles desde su alianza que les permitió recibir los mismos privilegios de ellos, como anteponer el don a sus nombres, mercedes de tierra, montar a caballo, entre otras.
Los más destacados y recordados indios tlaxcaltecas de ese poblado fueron Domingo, Juan y Miguel. Con el ataque de los Chichimecas quedó destruido, y los pocos habitantes que quedaron fueron reacomodados en el resto de las misiones. Dentro de las misiones los tlaxcaltecas enseñaron al resto de los indios las actividades que realizarían, como arar, sembrar, cultivar, entre otras.
Para el asentamiento de misiones en el sur, se requirió de la intervención religiosa. Los frailes Juan García y Juan Caballero en 1648, así como Francisco Villaseñor y Luis de la Parra, éstos últimos como vigilancia del Río Verde. Tanto el gobernador Martín Zamora y el general Fernando Sánchez de Zamora, fueron constantes precursores de la evangelización.
Los gualagüises fue un grupo indígena belicoso, difícil de evangelizar. Una vez que se logró derrotarlos (1655), el gobernador Zavala ordenó la construcción de la Misión de San Cristóbal de los Gualagüises. Con el paso del tiempo cayó en el descuido y en 1685 sólo se encontraba al cargo fray Juan de Menchaca. En 1715, parte del grupo de los tlaxcaltecas repoblaron esta misión, y hasta 1830 se le dio el nombramiento de villa por el Congreso del Estado.
Tiempo después de que los gualagüises fueran sometidos, se estableció la misión de San Antonio de los Llanos en 1666; pero la rebelión de los janambres obligó a sus pobladores a deshabitarla en 1673. Para fines del siglo XVIII quedó despoblado el pueblo de Nuestra Señora de San Juan de Tlaxcala; aunque tiempo mas tarde se volvió a fundar con el nombre de San Antonio de la Nueva Tlaxcala, su duración fue poca.
El gobernador Mier y Torre repartió tierras a los tlaxcaltecas y se estableció el pueblo de San Antonio de los Alazapas en 1710.
Este y noreste en la evangelización
El proceso de conversión al catolicismo se dio a la par, en el este y noreste, que en el sur. A pesar de la fundación de varias misiones, no todas lograban mantenerse y la gran mayoría estaba en condiciones precarias. En el Convento de Nuestra Señora de la Concepción (1630) habían sólo dos religiosos para la asignación de sacramentos. Uno, para los indios, y otro para los españoles.
Dentro del convento fue notoria la participación de fray Francisco de Ribera, quien a su llegada (1632) recriminó el maltrato a los indios. Autor del escrito en el que apoyaba, al igual que once frailes más del convento de San Luis Potosí, la guerra de rebelión de los indios.
Otro personaje importante fue fray Francisco Lavado encargado del convento de San Lorenzo.
Noreste
La misión de Santa Teresa del Álamo o del Alamillo fue una de las más importantes en el área noreste de la región. Fundada por el gobernador Zavala en 1659, cerca de Cerralvo. Ya en esos tiempos, los indios vivían en comunidad dentro de las misiones, todo se compartía y todos tenían obligaciones por igual de los cultivos y la cosecha.
El fríjol, el maíz y otros productos se guardaban en el almacén del templo, y se les repartía cada semana alimento de acuerdo con el número de integrantes de la familia.
En 1674, los informes de producción de la misión eran bajos según fray Nicolás Gago, quien lo atribuía a la muerte del General, mientras que fray José Arcocha culpaba a los dueños de las haciendas, que sacaban a los indios para que trabajaran con ellos.
Arcocha tenía interés no sólo por la misión, sino también por sus extensiones de tierras y los indios de la propiedad.
La misión de Santa Teresa desapareció en 1672 dando origen a otra, la de San Nicolás de Gualeguas, que tiempo después cayó en manos de los españoles, por órdenes del Obispo Galindo. Despoblada por algunos años, la misión se convirtió en 1772 en villa de españoles. En ese año, el gobernador Francisco de Echeagaray la puso en manos de Juan Gómez de Castro, Alcalde de Cerralvo, para que cuidara de ella. Gómez de Castro cumplió con las encomiendas del gobernador y se fundó la villa de Nuestra Señora de Gualeguas y Bucareli.
El norte
Misión de Boca de Leones
Real y Minas de San Pedro de Boca de Leones
Fray Francisco Hidalgo y fray Francisco Esteves entraron por el norte en las expediciones realizadas en 1687.
Estos frailes junto con indígenas fundaron la misión de Boca de Leones, que en 1691 desapareciera por encontrarse en ella yacimientos minerales. Los tlaxcaltecas fueron quienes descubrieron dichos yacimientos provocando el nacimiento de una misión española con el nombre Real y Minas de San Pedro de Boca de Leones en 1688, y los de Santiago de las Sabinas en 1692.
En el siglo XVII se realizaban ahí corridas de toros, comedias y diversiones, con este tipo de festejos, las costumbres originales de los indios se fueron desvirtuando, desde ese momento iniciaron las rebeliones indígenas.
En 1715 fray Antonio Margil de Jesús fundó un hospicio, que se utilizó como residencia para los misioneros con rumbo a Texas. El hospicio en 1826, se convirtió en municipio bajo el nombre de Villaldama. Un siglo después, se le otorgó el título de ciudad.
Una de las misiones importantes fue la de Nuestra Señora de Dolores, que sirvió de continencia para los indios Catujanes. Su fundador en 1698, fray Diego de Salazar fue testigo de la decadencia en la que fue cayendo con el paso de los años. El virrey de Bucareli fundó en sus cercanías la villa española de San Juan Bautista de Horcasitas en 1752, con la intención de salvarla.
En ese mismo territorio surgió en 1877 la ciudad de Lampazos Naranjo nombrada así, como tributo al general Francisco Naranjo.
La Secularización y sus consecuencias
La orden franciscana decayó cuando el obispo Camacho y Ávila en 1712 decretó la secularización de los curatos, eso significaría que éstos quedarían en manos de los curas y ya no de los frailes. Esta actividad correspondería, desde ese momento, al clero secular. Afectó intereses materiales y morales, y trajo como consecuencia mayor decadencia y desaparición de algunas misiones.
Hubo manifestaciones en contra, tanto por el lado religioso como por el indígena. Los primeros protestaron, y los segundos, se declararon en rebeldía. A pesar de que por esas fechas los indios ya habían huido de sus misiones refugiándose en la sierra de Tamaulipas. La ola de rebelión indígena no tuvo obstáculo alguno.
Mientras los indios se manifestaban, los frailes se quejaban ante la Corte pidiendo que se les reubicara en los Curatos. Dentro del proceso de secularización un personaje destacado fue Francisco Guadalupe Barbadillo y Victoria, quien fue nombrado por el Duque de Linares como mediador en conflictos de indios.
Fue tan activo, que dejó a un lado al entonces gobernador Báez de Treviño. Dentro de las actividades que realizó fue nombrar a fray Juan Losada como dirigente de los conventos franciscanos ubicados en la villa de Linares y en el valle del Pilón en 1715. También se le atribuye a Barbadillo la repoblación y fundación de algunas misiones. La de Purificación y Concepción, que tuvieron como habitantes a familias de origen tlaxcalteca, son ejemplos de su actividad constante.
En 1719 el Nuevo Reino se encontraba bajo continuos ataques, y el ambiente era de intranquilidad. Barbadillo enviado por el virrey estableció la calma de nuevo, y es nombrado entonces gobernador. La encomienda de Barbadillo fue cumplida, el Nuevo Reino vivió en solemne paz, pues los dueños de las haciendas que lo conocían no se negaron a la implantación de sus planes de paz.
Cuatro años después de su nombramiento (1723), el virrey nombró como su sucesor a Juan José de Arriaga y Brambilia.
Aunque algunas misiones fundadas y repobladas por Barbadillo desaparecieron en el siglo XIX cuando fueron incorporadas al valle del Pilón, el resto fue posteriormente incorporado a Montemorelos. La misión de Guadalupe fue punto de concentración de tlaxcaltecas de otras misiones, al igual que la de Purificación y Concepción, entre otras más, en 1756.
Formas de repartimiento de las riquezas
Una forma de repartición de riquezas fue la encomienda, que provocó en poco tiempo protestas de religiosos y juristas.
Fray Bartolomé de las Casas fue uno de los principales protestantes en contra de la encomienda, que ya convertida en explotación dejó casi despobladas algunas islas. Después de discusiones por su implantación, acuerdos, rebeliones, entre otras manifestaciones en contra, para la mitad del siglo XVII había desaparecido casi por completo.
La estableció Colón en las Antillas, y en Nuevo Reino de León Luis de Carvajal, al otorgársele en España el permiso para llevarse a cuarenta indios consigo para su atención y la de su casa. Con el tiempo de uso, se degeneró. Carvajal entraba a los pueblos y sacaba a la gente que podía servirle; Diego de Montemayor, otorgó mercedes para las rancherías de indios, y Martín Zavala utilizó el mismo procedimiento que Carvajal.
La intención de las entradas a los pueblos era la de saquear gente que les sirviera o bien, para recuperar los que hubiesen escapado de los encomenderos. Las entradas se hacían sólo cuando escaseaban los indios en los alrededores, es decir, cuando ya no había en las cercanías ningún indio, los españoles y los encomenderos optaban por viajar largas distancias hasta donde se encontraran los indígenas.
Para que pudieran realizar una entrada era necesario obtener el permiso requerido al gobernador o al alcalde, por cierta cantidad de dinero simulado como título religioso. Participaban en la captura todo un grupo liderado por una sola persona. Alrededor de diez hombres y el solicitante o líder de grupo.
Si los participantes eran de los españoles, la captura era para la misión a la que pertenecían y recibían una remuneración por los indios que atrapaban. Pero cuando los capturadores eran "rentados", se les pagaba por su participación diaria, además del precio por los indios que también capturaran.
Para poder capturar a indígenas exitosamente, primero se les espiaban, luego se les acorralaba y finalmente eran atrapados. A los hombres los amarraban con lazos al cuello, las mujeres y los niños iban sueltos. De los indios capturados dependía el título, definitivo o temporal, que se les otorgara siempre y cuando los participantes fueran oficiales.
La captura, el inicio de la tortura
Una vez que eran capturados los indios se les trasladaba a pie hasta el lugar donde servirían y trabajar.
Los que podían escapar de la tortura que les esperaba era sólo aniquilando a los españoles que se interpusieran en el camino.
Algunas de las madres indígenas preferían matar a sus propios hijos, con tal que no se los llevaran a las misiones para explotarlos.
Cuando llegaban a capturar a los indios, no importaba la edad, sexo ni las condiciones físicas, nada era importante más que capturarlos.
Siempre que se realizaba una entrada, se conservaban unos cuantos para obsequiarlos al gobernador, como una especie de ofrenda por permitirles la captura.
La encomienda, un buen negocio
Las entradas se realizaban para sacar a indios consignados (con fin del cumplimiento de su sentencia) y en otras, para la venta de la captura.
En el caso de la venta o comercio se dieron situaciones especiales y surgieron personajes importantes para la historia.
Un ejemplo fue el otorgamiento de mercedes, extensiones de tierras que incluían a la gente que las trabajaría. También la venta o el traspaso de tierras incluía las rancherías de indios.
Por lo tanto, los indios se convirtieron en un gran negocio, se podían vender, traspasar, alquilar y hasta heredar.
El precio que se les pagaba por los capturados a los que intervenían en las entradas variaba de entre 30 y 40 pesos, todo dependiendo de las condiciones en las que estuviera, en ocasiones podían llegar hasta 120 pesos.
En 1629 el precio que se pagaba por las mujeres variaba de un lugar a otro, en Diego de Villarreal podían ser vendidas en 70 pesos; pero en Juan Arredondo y otras localidades pagaban hasta los 95, 110, 130 o 160 pesos. Los hombres generalmente eran vendidos en las tres últimas cantidades.
Una de las mejores ventas era la de los niños, ya que crecerían dentro de la misión de quien pudiera pagar el precio, y desde muy jóvenes la explotación comenzaría.
Pero no sólo los dueños o arrendatarios tenían bajo sumisión a grupos indígenas, también comunidades o personas religiosas eran dueñas de mercedes e indios. El fundador de Monterrey dio a los franciscanos algunas rancherías con indios para que éstos les sirvieran a su llegada al territorio neoleonés.
Pero las entradas no hubiesen tenido éxito sin la cooperación de gente que estuviera adentro, junto con los indios. Personas que los conocieran y supieran dar pistas de sus rutas o direcciones de caminos y así, poder capturarlos.
Quien mejor para saber todo de ellos, que un indio amigo que perteneciera al grupo, pero que además de pertenecer fuera quien diese las pautas para las entradas.
El indio Huajuco fue uno de los informantes claves para los españoles y demás caciques que realizaban entradas en los poblados indígenas. Este era conocido y respetado entre los suyos y los españoles (1625). Su popularidad radicaba en espiar a los grupos y en robar a niños de pecho par venderlos después, en buenos precios.
La vida dentro de las haciendas
Cuando casi todos los indios estaban concentrados en haciendas, los encomenderos les quitaban a sus hijos, para que tanto los hombres como las mujeres realizaran sus actividades diarias obligatorias (1712). Los hombres en el campo, en la producción, con el ganado, todo lo que eran trabajos pesados.
Las mujeres buscaban alimentos para sus hijos y esposos, tales como hierbas y raíces. Aunque también se les empleaba en los servicios domésticos, y permanecían más tiempo dentro de la casa del patrón y en algunas ocasiones vivían dentro.
Por las noches, al terminar el día y la jornada de trabajo, se les repartían mazorcas (2 ó 3 por familia) para alimentarse. Después se les encerraba en los galerones para evitar que se escaparan. Pero quienes hubieran cometido alguna falta eran castigados en prisión o bien, poniéndoles pedazos de madera pegados a la pierna, al brazo o al cuello.
Cumplimiento de las reglas
Cuando los indios eran atrapados, cedidos o trasladados, los amos tenían el compromiso de educarlos y convertirlos a la religión católica. Pero la realidad era otra, pocos eran los que sabían las cuatro oraciones básicas (Credo, Padre Nuestro, Ave María y Salve).
Los gobernadores o sus comisionados tenían la obligación de visitar frecuentemente las haciendas para comprobar que si estaban instruyendo a los indios que les servían. Además de corroborar que eran bien tratados, que contaban con vestido, alimentación y con la doctrina católica. Durante sus visitas los encomenderos sólo les mostraban los que sabían las oraciones o los que trabajaban en casas.
La Real Cédula de 1672
La reina gobernadora doña María de Austria decretó "La Real Cédula de 1672", en la que se ordenaba que los indios se convirtieran en esclavos, y que la conversión se realizara concentrándolos en los pueblos y repartiéndoles tierras. Con esta orden se eliminaron por completo las encomiendas en Nuevo León, y se dio paso a un cambio, la congregación de los indios en los pueblos.
Tipos de gobierno
El tipo de gobierno que predominó fue el jerárquico o lineal. Comprendía desde el rey, virrey hasta corregidores y alcaldes.
Independencia
División del territorio
En Madrid se expidió la Real Ordenanza para el Establecimiento e Instrucción de Intendentes de Ejército y de Provincia del Reino de la Nueva España (1786).
Se dividió el territorio en doce Intendencias:
México como Intendencia General de Ejército y de Provincia
Provincias:
Puebla de los ÁngelesNueva Veracruz
Mérida
Antequera
Valladolid de Michoacán
Santa Fe de Guanajuato
San Luis Potosí, que incluía el Nuevo Reino de León, Zacatecas y Sonora
A su vez, éstos tenían jurisdicciones a su cargo y obispados. El Obispado del Nuevo Reino de León con el gobierno y jurisdicción del mismo.
En 1787 se ordenó la división de las provincias Internas en dos Comandías: la del Occidente y la del Oriente.
La de Occidente comprendía California, Sonora, Nuevo México y Nueva Vizcaya; la de Oriente, Coahuila, el Nuevo Reino de León, Nuevo Santander y las jurisdicciones de Saltillo y Parras.
La división entre las Comandías era el Río de Aguanaval. Fue hasta un año más tarde, después de la orden, cuando se dividieron.
Tiempos de paz en el Nuevo Reino de León
Para finales del siglo XVIII los habitantes del Reino vivían de forma simple, ingenua y poblaban la ciudad villas y pueblos, todo como una sola familia. Los sirvientes y esclavos estaban en paz. Contaban con escuelas modestas en las cabeceras de los municipios.
Las fiestas se celebraban casi de modo patriarcal, tanto las religiosas y patrióticas como las privadas. Festejaban bautizos con mucho bolo; entierros, con grandes ceremonias y matrimonios con fiestas duraderas
Sólo existían dentro del Reino dos Ayuntamientos integrados: el de Monterrey y el de Linares.
Simón y Pedro Herrera en el Nuevo Reino de León
El gobernador Simón Herrera y Leyva entregó el gobierno a su hermano Pedro, en 1805, para que éste defendiera la frontera amenazada por estadounidenses, quienes dos años antes compraron las tierras de Luisiana.
El gobierno de Pedro Herrera y Leyva duró sólo cinco años, de 1805 a 1810 por los primeros brotes del movimiento independentista. España había perdido todo su poderío naval durante la batalla contra Inglaterra y la situación en la que quedó era crítica.
Partidos Políticos
Debido al sin fin de acontecimientos y a los diferentes ideales e intereses, la división comenzó. Primeramente se afinaron las diferencias políticas y como consecuencia de esto, el agrupamiento, y la creación de los primeros partidos:
Extrema Derecha Conservadora
El Centro Conservador
Extrema Izquierda
La Extrema Derecha Libertaria
El Centro Libertario
Extrema Izquierda Libertaria
Inicio de la Independencia
Hazañas insurgentes
La calidad de vida, el maltrato y el esclavismo que vivieron muchos de los mexicanos formó el movimiento que daría fin a la injusticia y a la sumisión. El deseo de vivir con libertad e igualdad empujó a las fuerzas populares a participar en esta manifestación culminante para el virreinato.
El movimiento
La madrugada del 16 de septiembre de 1810 inició la lucha por la Independencia de México. Se produjo el levantamiento y se dio el grito de Independencia en Dolores, Hidalgo. El movimiento tenía como líder a Miguel Hidalgo y Costilla, quien también integró el primer ejercito insurgente y fue excomulgado por tal causa.
Otros jefes insurgentes fueron Ignacio Allende, Aldama y Mariano Jiménez, cuyas cabezas tenían precio, mil pesos por cada uno. Mientras el movimiento tomaba fuerza, el estado se encontraba casi aislado, por las malas condiciones de los caminos y vías de comunicación.
En ocasiones los asuntos que requerían autorización de México o España tardaban demasiado, que a su regreso, ya habían perdido validez.
La noticia del comienzo de la lucha llegó al Nuevo Reino de León hasta el 29 de septiembre, aunque según algunos autores afirman que fue un mes después. (29 de octubre de 1810; aún no queda especificado).
Quien comunicó por carta al gobernador Manuel de Santa María, el inicio y popularidad insurgente fue el general Félix Calleja. La noticia se difundió de inmediato entre toda la población. En el ámbito rural el apoyo para el movimiento no se hizo esperar, cerca de 400 hombres, entre sirvientes, empleados y propietarios de haciendas del sur, se aliaron al ejército insurgente.
El general Calleja pidió a Santa María el envío de tropas a la Hacienda de la Pila, lugar donde preparaba su ejército para atacar a Hidalgo. En respuesta al apoyo que brindaron los rurales a los insurgentes, el obispo Primo Feliciano Marín de Porras impuso en el estado penas espirituales para quienes simpatizaran con el movimiento.
También, el Gobernador se preparaba para defender la región y evitar el apoyo a los insurgentes. Santa María estuvo en contacto con Manuel de Iturbide y con el coronel Antonio Cordero, gobernadores de Tamaulipas y Coahuila, respectivamente. Doscientos hombres distribuidos en tres compañías marcharon de Nuevo León con la misión de frenar el avance insurgente.
Una al mando de Francisco Bruno Barrera; otra, con José Domingo Castañeda y una más con Andrés Guajardo. Todos bajo las órdenes de Pedro Herrera y Leyva. Pero las tropas no llegaron a su destino, durante su recorrido se detuvieron en Real de Catorce para auxiliar a tropas anteriores a ellos; después, se instalaron en el sur de Saltillo.
Fuerzas insurgentes hacia el norte
Cuando el ejército insurgente avanzaba hacia el norte, Santa María asignó a Juan Ignacio Ramón un ejército para que se ubicaran en el sur del estado, con el fin de evitar la entrada de los insurgentes. Ramón estuvo en contacto por correspondencia con Mariano Jiménez, integrante insurgente y comisionado de Hidalgo para penetrar en las Provincias Interiores. Ramón, además de cartearse con Jiménez remitía reproducciones al gobernador Santa María.
Tiempo después, tanto Santa María como Juan Ignacio Ramón decidieron unirse al movimiento insurgente. El 17 de enero de 1811 proclamaron la insurgencia y nombraron como gobernador a Santiago Villarreal. A Ramón se le nombró responsable de las fuerzas rebeldes. Mientras que Santa María salió de Monterrey rumbo al Valle del Pilón, punto donde armó sus fuerzas para encontrarse con los insurgentes.
Cuando Mariano Jiménez llegó a Saltillo envió a Monterrey a Juan Bautista Carrasco e Ignacio Camargo para controlar a los sublevados. El 26 de enero de 1811 entró Jiménez a Monterrey, pero con la derrota de Hidalgo, en el Puente de Calderón, el insurgente se vio obligado a regresar.
Movimiento contrarrevolucionario
Captura de los líderes insurgentes
Mientras el Ejército Insurgente llegaba a Saltillo con varias derrotas a cuestas (1811), en Texas daba inicio un movimiento contrarrevolucionario liderado por José Ramón Díaz de Bustamante, Ignacio Elizondo, entre otros. La aprehensión de los caudillos insurgentes se dio cuando éstos partían de Saltillo con rumbo a San Antonio Bejar (Texas). Como escaseaban las armas asignaron a Bernardo Gutiérrez de Lara la misión de proveerles de armamento estadounidense, y así poder penetrar Texas.
A su paso por Acatita de Baján, Coahuila fueron capturados, y trasladados a Chihuahua, lugar de su fusilamiento. Al gobernador Santa María y el general Juan Ignacio Ramón, se les fusiló en Monterrey.
Junta Gobernadora en Monterrey
Después de la muerte de los líderes insurgentes, se creó en Monterrey la Junta Gobernadora presidida por Blas José Gómez, hasta 1813. El gobernador en turno, Ramón Díaz de Bustamante, entregó el poder a la Junta. Lo sustituyeron Pedro Manuel del Llano seguido por Fernando Uribe.
El idealismo insurgente no terminó con la muerte de sus principales caudillos. En Nuevo León quedaron algunos grupos en los que intervinieron Rafael y Ramón González de Hermosillo, Juan de Villerías y José Herrera. Este bajo la gubernatura de Uribe atacó la plaza de Monterrey logrando penetrar hasta el centro de la ciudad donde los realistas lo derrotaron.
Otra partida insurgente peleaba por el Cañón de Salinas, a cargo de Policarpo Verástegui. Leonardo de la Cruz, José Urbina Cantú, Francisco Carrasco y Antonio Reyes formaron parte de este grupo.
A partir de la nueva división de la Comandancia General de las Provincias Internas, Joaquín Arredondo ocupó el cargo de Jefe de las de Oriente. En 1814, Arredondo estableció su cuartel general en Monterrey.
Aparente calma
La insurgencia no causó mas problemas en el estado, la pacificación sólo se interrumpió por ataques de indígenas no sometidos (lipanés y comanches). Pero la realidad era otra, además de los indígenas, había unos cuantos partidarios más, José María Morelos y Pavón se levantó en armas y retomó el movimiento de Independencia.
Morelos convocó al Congreso de Chilpancingo en septiembre de 1813 y participó como representante de Nuevo León en la lucha. A su muerte, Vicente Guerrero y Guadalupe Victoria continuaron peleando.
En Nuevo León fungía como gobernador Froylán Mier y Noriega, al término de su periodo fue precedido por Francisco Bruno de Barrera. Barrera apoyado por las autoridades eclesiásticas publicó por todo el reino, el "Indulto de Calleja" cuya intención principal era que todos los rebeldes regresaran sus armas y se enlistaran en las tropas de su Majestad.
La publicación no logró el éxito esperado, y los rebeldes se refugiaron en la sierra del estado como negativa a la propuesta del Indulto. Procedente de España desembarcó en tierras mexicanas, cerca de Soto la Marina, Francisco Javier Mina acompañado de voluntarios participantes de la lucha. Como parte de la tripulación venía fray Servando Teresa de Mier, quien volvía después de un largo destierro.
El gobernador Arredondo al saber del arribo de la embarcación española reunió tropas para combatirlos; pero Mina escapó durante la contienda a la sierra de San Luis Potosí. Los hombres que Mina dejó en el puerto se convirtieron en prisioneros de Arredondo. Entre los presos estaba Mier, de origen neoleonés, quien fue entregado a la inquisición.
Por su parte, Mina fue tierra adentro para realizar una expedición de combate y conquista. Tiempo más tarde fue capturado y fusilado frente al Fuerte de los Remedios.
Consumación de la Independencia
La lucha por la Independencia terminó con la firma del Plan de Iguala, el 27 de septiembre de 1821, acuerdo entre Agustín de Iturbide y Vicente Guerrero, Comandante del Ejército Realista y Jefe de las Fuerzas Insurgentes respectivamente.
Situación en el Estado
Cuando la independencia se consumó, Arredondo huyó del Estado y se refugió en San Luis Potosí hasta su muerte. Gaspar López fue quien lo reemplazó y durante su gubernatura propagó el apego al Plan de Iguala. López juró la Independencia del aún Nuevo Reino de León, el 3 de julio de 1821, al igual que los ciudadanos y el ejército en la Plaza de Armas, por tanto, el reino quedó convertido en provincia.
Consecuencias de la Independencia
Agustín de Iturbide fue nombrado Emperador de México, en 1822. La duración de su poder fue de sólo un año, mediante el Plan de Casa Mata, en el que se unieron Antonio López de Santa Anna, Nicolás Bravo y Vicente Guerrero, fue el medio para derrocarlo. Como consecuencia fue proclamada la Constitución Federal de los Estados Unidos Mexicanos (1824) dando paso al nacimiento de un Sistema de Gobierno Republicano, Representativo y Federal.
El Nuevo Reino de León se convirtió en el Estado Libre y Soberano de Nuevo León, por decreto del Congreso Constituyente, en ese mismo año.
Diputaciones Provinciales
Constitución del Estado
A partir de la consumación de la Independencia, se realizaron varios cambios en el gobierno y en las leyes, tanto en el ámbito nacional como local.
En general se reorganizó la Administración Pública. Previo al establecimiento del nuevo sistema político, se crearon Diputaciones Provinciales, grupos que dieron autonomía a las provincias. José María Morelos estuvo como diputado del Congreso del Reino de León.
Se crearon seis diputaciones en la Nueva España, una de ellas se instaló en Monterrey con diputados de las cuatro provincias internas de oriente: Nuevo León, Coahuila, Texas y el Nuevo Santander.
También en 1824 fueron electos los once diputados propietarios y los cuatro suplentes del primer Congreso de Nuevo León creado ese mismo año. La función básica del Congreso del Estado fue redactar la Constitución Política local, que en 1825 se aprobó.
El gobernador Parás quedó electo en ese año (1824). Este se preocupó por fomentar la agricultura, la minería y el comercio; así como la instrucción pública. En su periodo estableció varias instituciones para la enseñanza y el Seminario Conciliar de Nuevo León formó parte de la Universidad. La educación primaria se estableció como obligatoria y gratuita.
México: Liberales contra Conservadores
Los dos grupos políticos fuertes del país, liberales y conservadores, tuvieron frecuentes enfrentamientos desde 1824 hasta 1846.
Los liberales defendían la libertad y la democracia para todos por igual, por su parte los conservadores querían un gobierno donde se mantuvieran las jerarquías de las clases. La situación del país era de total división. Estados Unidos aprovechó la separación y debilitamiento de la nación para extender su territorio.
Las elecciones presidenciales estuvieron reñidas por la fuerte influencia de los dos partidos. Por el lado insurgente Vicente Guerrero, y Manuel Gómez Pedraza, por el conservador. El pueblo de Nuevo León apoyaba al insurgente, y el gobierno al conservador. La pugna electoral inició en 1828, ambos candidatos también eran apoyados por los masones, Guerrero por los masones yorkinos, quienes se distinguían por su liberalismo, y Gómez Pedraza por los masones escoceses, grupo que se caracterizaba por ser moderados y conservadores; además de antiguos realistas e iturbidistas.
El 12 de enero de 1829, el Congreso declaró como Presidente a Guerrero y como Vicepresidente a Bustamante. Pero la oposición aún permanecería, ya que los electos eran jefes de partidos antagónicos (contrarios). Fue hasta el 1º de abril cuando ambos ocuparon sus puestos. En Nuevo León fue nombrado gobernador Joaquín García, a pesar de que la mayoría era de su contrincante, Manuel Gómez de Castro.
Embarcación de Barradas
Culminación de la Independencia
En México se promulgó la Ley General de Expulsión en 1827. Ley que ordenaba la expulsión de todos los españoles y extranjeros que se encontraran en el País. En 1828, los habitantes del estado supieron que en La Habana, Cuba, se preparaba una embarcación española para atacar tierras mexicanas.
Dicha embarcación estaba integrada por todos los que un año atrás habían sido expulsados, con la Ley General, y deseaban volver. Para lograr su objetivo, los exiliados se dieron a la tarea de convencer a Brigadier Isidro Barradas de que México deseaba integrarse de nuevo a España, ya que la separación había iniciado a partir de 1821, con Iturbide.
Barradas, sin conocer el verdadero motivo de la embarcación inició el viaje con 2,600 hombres y suficiente armamento para llegar a México.
En el mes de julio ancló cerca de Tamaulipas "La División de Vanguardia", y fue hasta agosto cuando llegó al puerto de Tampico. Nuevo León, al igual que el resto de los Estados de la República participaron con recursos y hombres, en el movimiento contra la embarcación española.
Las tropas de Mier y Terán, así como las de Antonio López de Santa Anna sitiaron el lugar y atacaron venciendo a Barradas junto con toda su tripulación. El triunfo de las armas mexicanas sobre Barradas marcó el punto final y el remate de todo el movimiento de Independencia.
Desde ese momento, el patriotismo tomó fuerza entre los mexicanos, quienes tuvieron repulsión por todo lo extranjero. Respondiendo con negativas, a cualquier tipo de negociación con España e hicieron mayor hincapié con los norteamericanos.
Bases Constitucionalistas en el Estado
En 1835, el Congreso se instaló como Constituyente y se promulgaron las Bases Constitucionales Centralistas. Un mes después de la promulgación de las Bases, la Convención de Texas tomó como pretexto el despotismo de Santa Anna y el desgobierno de la República para separarse de México.
Con el fin de evitar la separación, Santa Anna intentó someterlos por la fuerza. Varios días después atacó El Alamo; pero Houston derrotó al Jefe mexicano en San Antonio, y cerca de Harrisburg lo hizo prisionero. Mientras Santa Anna estuvo preso se celebró el Tratado de Velasco, en el que se pactaba la retirada de las tropas mexicanas y se obligó al Presidente a aceptar la independencia de los texanos. Estos declararon su Independencia el 1º de marzo de 1836.
Después del reconocimiento de Santa Anna, el Estado de Texas se convirtió en uno mas de la unión americana. México se independizó de España, para fines de ese año, cuando reinaba en nombre de doña Isabel, doña María Cristina de Borbón. Inició, entonces, Estados Unidos una guerra contra México, por las delimitaciones de tierra entre un país y otro.
Francia también manifestó sus reclamos por los perjuicios causados a sus habitantes en los movimientos federalistas y centralistas; entre otras, estaba la del pastelero Remontel, que exigía el pago de sus pasteles robados durante el Pronunciamiento de Tacubaya.
También en 1838, después de que el Ministro de Francia enviara su ultimátum al gobierno mexicano, las tropas francesas llegaron al puerto de Veracruz que ya había sido bombardeado y capitulado. Se celebró con Francia un tratado de paz y se liquidó el monto de las reclamaciones.
Brotes federalistas
Se registraron en 1838 y 1839 brotes federalistas en el País. Varios municipios del Estado y de sus alrededores fueron atacados y saqueados. Los federalistas volvieron a dominar Monterrey en abril; pero en mayo fueron expulsados, de nuevo, por los centralistas.
Para fines del 39, Antonio Canales y Antonio Zapata, cabecillas federalistas fueron culpados por los opositores de haber estado en común acuerdo con los indios bárbaros, asaltantes de la región, y con los separatistas de Texas.
Para combatir a los federalistas arribó a Monterrey el general Arista, Jefe de la División Auxiliar del Norte. Después, se dirigió a Tamaulipas. En 1840, Canales quien había reclutado gente en Texas, se unió a los mexicanos. El general Arista comunicó al pueblo la adhesión de Canales para con ellos y prometió arrancar las tierras a los texanos.
Pérdida de Texas
Santa Anna vuelve a la Presidencia de México
La celebración de los Planes de Paredes de Guadalajara, el de Tacubaya y los Convenios de Estanzuela, en 1841, en los que Santa Anna participaba como Jefe del Ejército Regenerador y Presidente de la República provocaron su regreso.
Santa Anna tomó la Presidencia de nuevo en octubre de 1841. Con las Bases de Santa Anna se reorganizó en Monterrey la Junta de Comercio y el Tribunal Mercantil.
En 1843 se estableció el primer aserradero del Estado, propiedad del general Arista, que al año siguiente secundara en Nuevo León el levantamiento en el país el movimiento en contra de Santa Anna.
Invasión Norteamericana
En 1846, el coronel Zacarías Taylor y su ejército extranjero penetraron a Monterrey y se apoderaron de los lugares más importantes como Tenería, la Ciudadela, la Purísima, el Obispado, entre otros.
Esta situación levantó fuertes manifestaciones, por los lugares de los que se habían apoderado; pero una vez más, la fuerza de las tropas mexicanas no fue suficiente para derrotar al enemigo.
Por el contrario, los participantes mexicanos fueron juntándose en la plaza principal siguiendo las indicaciones del general Pedro Ampudia, Jefe Supremo del Ejército del Norte y del general Mariano Arista.
Tras varios días de lucha continua los defensores mexicanos se rindieron ante el enemigo. Dentro de esta contienda participaron dos mujeres, representantes de un papel importante dentro del movimiento.
María de Jesús Dosamantes y María Josefa Zozaya. La primera con vestimenta de capitán, armadura y gran valor participó en la defensa de la Ciudadela; la segunda, surtidora de municiones a quien las necesitara. La atención de las heridas y el ánimo para con los soldados al invitarlos a luchar y no decaer fueron sus acciones más sobresalientes.
Los Tratados de Paz, Amistad y Límites en Guadalupe dieron fin a esta contienda en 1848. Finalmente México cedió las tierras de Nuevo México, Texas y Alta California a Estados Unidos y se fijó la línea divisoria entre los dos países.
Después de firmada la paz se designó gobernador a José María Parás. También por esa época, una nueva epidemia de cólera se propagó en Nuevo León, y el bandido Agapito Treviño, alias "Caballo Blanco" provocó pavor en Monterrey y sus alrededores.
La Reforma
Antecedentes
Revolución de Ayutla
El aumento del pago de impuestos, el incremento de los gastos de gobierno y la venta de "La Mesilla", fueron los motivos por los cuales inició la lucha de manifestación.
En 1854, tras varios años de la Dictadura de Santa Anna, el general Juan Álvarez se levantó en armas y expidió el Plan de Ayutla, el 1º de marzo.
En Tamaulipas lo apoyó Juan José de la Garza avanzando a Monterrey, donde Ampudia se encontraba atrincherado. Esto le causó la entrega del mando y del gobierno al coronel Mariano Moret, y éste a la vez, a Gerónimo Cardona por orden de Santa Anna.
La Revolución de Ayutla se había extendido por toda la República Mexicana. Santiago Vidaurri, entonces Secretario de Gobierno de Nuevo León abandonó la capital y partió con destino a Lampazos (1855), lugar donde lo esperaba Juan Zuazua, precursor de indios bárbaros.
Desde ahí, lanzó su Plan Restaurador de la Libertad. Avanzó hacia Monterrey junto con Zuazua, donde se declaró Gobernador y Comandante General Militar del Estado. Zaragoza se alió al movimiento en Ciudad Victoria, Tamaulipas, y Escobedo y Aramberri en el sur del estado.
Vidaurri nombró Coronel a Juan Zuazua, y juntos salieron hacia Matamoros, en contra de los centralistas. Camino a Matamoros, Zuazua continuó hacia San Luis Potosí, y Vidaurri regresó a Monterrey.
Para agosto de 1855 toda la República estaba dominada por los revolucionarios de Ayutla. Santa Anna se vio obligado a salir de México rumbo al puerto de Veracruz. Martín Carrera quedó como Presidente. Varios meses después, la Junta Representativa de los Estados nombró Presidente Interino a Juan Álvarez y éste nombró a Ignacio Comonfort como su sustituto.
Constitución de 1857
La Revolución de Ayutla contra la dictadura de Santa Ana dio como resultado, después de varios años, la Constitución del 5 de febrero de 1857.
A partir de la reunión del Congreso General Constituyente fue como se originó la Constitución política del Estado Libre y Soberano de Nuevo León firmado en octubre de 1857.
Vidaurri en Nuevo León
Vidaurri ocupó Monterrey en 1855, el 23 de septiembre. A su llegada convocó a los militantes para la firma del Plan de Monterrey. Desde ese momento estuvo a cargo del Ejército del Norte. Este plan estipulaba que mientras no existiera un Congreso Constituyente en el Estado, su soberanía no se asentaría por completo.
Desde ese momento Vidaurri representó un papel importante en el norte para lograr la caída de Santa Anna.
El joven caudillo estaba convencido de que la anexión de Coahuila a Nuevo León podía lograrse, y así fue en 1856, con el triunfo del Plan de Ayutla.
El Presidente Álvarez le permitió ejercer la jurisdicción de Coahuila, pero sin adhesión legal. El poder de Vidaurri se extendió tanto por el noreste, que se sospechó de la unión de varios estados para formar una unión independiente de México. Se le atribuyen hechos como la consumación de la Revolución, la pesquisa de los seguidores y del mismo Santa Anna.
Además de la firma de un decreto reformador de aranceles de aduanas marítimas y fronterizas, mejor conocido como "Arancel Vidaurri", con el que abrió los puertos de importación en Mier y Camargo, Laredo y Piedras Negras. La etapa de mejoras de construcción y de aperturas del mercado para el estado, durante 1857, también se le reconocen a Vidaurri.
Plan de Ayutla
A la llegada del nuevo Presidente, Ignacio Comonfort, con el Plan de Tacubaya lanzado por Zuluaga en 1857, las cosas cambiaron para Vidaurri. No se le reconoció el decreto de incorporación de Coahuila. Desde Tamaulipas y San Luis Potosí marcharon tropas para combatirlo.
El nuevo dirigente nacional desconoció la Constitución y ordenó que se convocara un nuevo Congreso para reconstruir la República. Comonfort maniobró en contra de los lineamientos que proponía la Constitución cuando aceptó entendimientos con los conservadores, por lo tanto los liberales que lo apoyaban lo consideraron traidor. Fue destituido por sus seguidores y ocupó la silla presidencial Félix Zuluaga en 1858.
Cuando tomó posesión el nuevo Presidente de la República que era apoyado por el partido conservador inició la Guerra de Reforma. Durante este periodo, Benito Juárez ocupó la Presidencia apoyado por el Partido Liberal y la Nueva Constitución, sin embargo, en las primeras fases del enfrentamiento, los conservadores lograron algunas victorias.
En Nuevo León, mientras tanto, Vidaurri se convirtió en el líder político y militar destacado, que sólo unificó fuerzas con Juárez para el combate a los franceses.
Juárez en el Estado, desacuerdos con Vidaurri
Las victorias conseguidas por los conservadores obligaron a Juárez a trasladar su gobierno al norte de la República, luego de la ocupación de la ciudad de México por los imperialistas.
En diciembre de 1860 Juárez publicó las Leyes de Reforma expedidas en Veracruz los días 12, 13 y 23 de julio del año en curso y en enero del 61 se expidió una nueva Ley, que complementaría el grupo de las ya existentes.
Estas consistían en la nacionalización de los bienes de la iglesia, el cierre de conventos, la implantación del registro civil, la secularización de los cementerios y la supresión de muchas fiestas religiosas.
Juárez llegó a la capital neoleonesa en febrero de 1864 con la protección de mil 300 hombres comandados por el general Manuel Doblado, ya que Vidaurri no quiso colaborar con los fondos obtenidos de las fronteras alegando que el estado las necesitaba para su estabilidad.
Mientras Juárez permaneció en la ciudad, el gobernador Vidaurri se refugió en la Ciudadela. Días antes de su partida, Juárez y Vidaurri mantuvieron una plática que no dejó grandes resultados.
Desde Saltillo Juárez respondió a la descortesía de Vidaurri con la separación de Coahuila de Nuevo León declarándolo traidor por dialogar con invasores franceses. Al enterarse de la noticia, el general francés Bazaine le envió a Vidaurri una carta invitándolo a que se uniera a sus tropas; pero el gobernador lo dejó a libre votación del pueblo.
Juárez reunía fuerzas en Saltillo para atacarlo y no aceptó ningún trato con el caudillo neoleonés. En caso de ser así, sólo sería por total sumisión. Vidaurri huyó de Nuevo León con 300 hombres, en Villaldama los interceptaron sus seguidores. Su ejército lo abandonó y él escapó cruzando el Río Bravo.
Monterrey sede del Gobierno de Juárez
Varios meses después de que Vidaurri escapara, Juárez entró a la ciudad con cinco mil hombres y fijó en el estado la sede de su gobierno durante cuatro meses. Su estancia fue insegura, ya que rondaban vidurristas al mando de Julián Quiroga, quien estuvo a punto de atraparlo; pero no lo logró por el abandono de Juárez de la ciudad.
Intervención Francesa
Vidaurri aliado al Imperio de Maximiliano
Las fuerzas francesas tomaron Monterrey. El general Castagny a cargo de las tropas. Vidaurri negoció su incorporación a los franceses, siempre y cuando se le otorgase la gobernación del departamento de Monterrey. Como le fue negada su petición, se unió a las fuerzas de Maximiliano en 1864. Al año siguiente fue nombrado Consejero de Estado por el emperador Maximiliano, y tiempo después, Ministro de Hacienda.
Republicanos e Imperialistas
Durante el año de 1865 Nuevo León fue tomado por los imperialistas; meses después por los republicanos, y de nuevo por los imperialistas. El general neoleonés Mariano Escobedo lideraba las tropas que derrotaron a los imperialistas. A mediados de ese año, Maximiliano se rindió ante Escobedo, y Monterrey quedó evacuado.
Vidaurri quedó en Querétaro junto con Leonardo Márquez. Con los pocos hombres que les quedaban llegaron a la capital. Los republicanos también abordaron la capital y Vidaurri fue delatado y entregado por un norteamericano a los contrarios. Fue fusilado sin juicio alguno, en septiembre. Esto permitió la entrada triunfal de Benito Juárez a la Ciudad de México el 15 de julio de 1867.
Restauración del Gobierno Militar
Con su regreso a la Ciudad de México, Juárez restableció el Gobierno Constitucional. Dentro de la reestructuración se realizaron elecciones constitucionales en Nuevo León resultando electo el general Gerónimo Treviño como gobernador.
A su vez, fue declarado por el Congreso como Presidente de la República Benito Juárez, y Sebastián Lerdo de Tejada como Presidente de la Suprema Corte.
En el Estado de Nuevo León, durante 1868 se realizaron algunos cambios en las villas y se conformaron algunos municipios. Durante 1869 el gobernador Treviño controló algunos brotes revolucionarios, como el de Pedro Martínez, quien fuera derrotado por las tropas lideradas por el propio gobernador, y el de Cenobio Cruz, que exigía la aplicación de la Constitución de 1857.
Efectos de la Reforma
Nuevo León pasó por una crisis financiera como consecuencia de los disturbios que se habían presentado contra los bárbaros, y por contrarrestar los surgimientos revolucionarios. A pesar de la situación que se vivía en el estado, el gobernador en turno, Gerónimo Treviño, realizó algunas mejoras.
El establecimiento de redes de comunicación entre los estados vecinos, la conclusión de construcción del Colegio Civil (que desde 1857 se había decretado), la construcción de la Escuela Normal de Profesores, son ejemplos de las obras realizadas por el gobernador en 1870.
Reelección de Juárez
Los levantamientos de los generales Calleja y Molino, en Tampico hicieron que el general Sostenes Rocha se diera a conocer. En 1871, cuando se dieron estos levantamientos, el general Rocha los derrotó y fusiló, tanto a los jefes como a los oficiales. También controló a los rebeldes que tomaron la Ciudadela.
Todos estas manifestaciones fueron consecuencia de la posible reelección de Juárez, que el 12 de octubre se hizo declaratoria a su favor, por contar con la mayoría de los votos. Los simpatizantes de Porfirio Díaz no esperaron para levantarse en armas, al igual que el mismo Díaz, que se encontraba en Oaxaca.
El repudio a la reelección ya tomaba auge en algunos estados de la República, como Zacatecas, Coahuila, Sonora, Durango y Nuevo león, entre otros. Con los generales García de la Cadena, Treviño y Donato Guerra a cargo, Díaz lanzó el Plan de la Noria.
El 1º de diciembre Juárez tomó posesión de la Presidencia de la República. El general Treviño gobernador reelecto de Nuevo León intentó levantarse en contra del gobierno; pero no tuvo él suficiente apoyo y su movimiento se disolvió.
En la Batalla de Zacatecas Treviño fue derrotado por el general Rocha. De regreso en el estado se refugió en el cerro del Obispado. Hizo frente a las fuerzas de Corella en el Cerro del Topo Chico; pero ambos se retiraron derrotados.
Muerte de Juárez
A la muerte de Juárez, el 18 de julio de 1872, Sebastián Lerdo de Tejada tomó el puesto en la Presidencia, y expidió la Ley de Amnistía General. En noviembre, el Congreso Federal lo declaró Presidente de la República por elección popular.
Lerdo de Tejada realizó una visita de cortesía al Jefe de la Revolución de la Noria, Porfirio Díaz.
Para tratar de ganar más terreno y evitar otro conflicto armado nombró como gobernador de Nuevo León a Narciso Dávila. Un año más tarde, en septiembre 25, las Leyes de Reforma se declararon constitucionales.
Plan de Tuxtepec
El 26 de octubre el Congreso declaró Presidente a Lerdo de Tejada. Varios días después el Presidente de la Suprema Corte de Justicia, José María Iglesias, expidió un documento donde declaró que las elecciones habían sido falsas. Mientras tanto, las tropas porfiristas combatían y avanzaban, al mando del general tamaulipeco Manuel González. Una de las derrotas más conocidas de este grupo, mejor conocida como la Batalla de Icamole. En la batalla, fueron derrotados los porfiristas por el grupo de Lerdo en Icamole. Los derrotados tuvieron que retroceder hasta Paredón. Por el avance continuo que tenían los porfiristas, el Presidente abandonó la capital, el 20 de noviembre. El 26 tomo posesión de la Presidencia Porfirio Díaz. Genaro Garza García quedó electo como gobernador de Nuevo León, en 1877, y José María Iglesias, se manifestó como Presidente, desde Guadalajara. El 5 de mayo de 1877 tomó posesión como Presidente Constitucional Porfirio Díaz. La Revoluación Porfirismo Viviano Villarreal gobernó el Estado de Nuevo León de 1879 a 1891, gobierno que rindió frutos desde sus primeros meses. La industrialización llegaba a los Estados Unidos, las maniobras administrativas de Villarreal dieron resultado. Prueba de ello fue la inauguración de del Edificio del Colegio Civil y la aparición de pequeñas empresas. Villarreal enfocó su gobierno en la capital del Estado principalmente, aunque las necesidades del resto de los municipios fueron satisfechas. El Obispo Ignacio Montes de Oca ocupó la Diócesis de Linares durante el gobierno de Villarreal. El país tuvo nuevo Presidente en 1881, Manuel González fue quien estuvo en la presidencia. En Nuevo León, el gobernador fue sustituido por Genaro Garza García, quien empujó notablemente la industrialización del Estado. El año de 1882 fue uno de los más significativos dentro de la etapa de desarrollo de la nación como de Nuevo León. Muestra de ello fue la extensión del tramo de ferrocarril hacia Saltillo, la creación de la Cámara de Comercio. A pesar del avance económico que se tenía, la ciudad contaba aún con jacales de clases bajas. El ferrocarril trajo consigo no sólo beneficios ala ciudadanía, sino también facilidades comerciales para los municipios de los alrededores provocando una baja comercial en Nuevo León. Los consumidores de otros estados ya no recurrían a los mercados neoleoneses a adquirir productos, sino que utilizaban a Monterrey como puente comercial al que llegaban productos extranjeros más baratos. El comercio se vio afectado y las ventas bajaron notablemente para la gente del Estado. En Monterrey mientras el comercio lamentaba su decrecimiento, la industria se veía favorecida. Durante el bienio 1883–1885 resultó electo Canuto García como Gobernador del Estado. Al término de su gobierno volvió al poder Garza García. En Nuevo León existían dos bandos: el primero, de tradiciones localistas, formado por los generales Treviño y Naranjo que apoyaban a Garza García, y el segundo, nacionalista, a cargo de Escobedo, Garza Ayala, Garza Melo y Teodoro Roel apoyando a Villarreal. La rivalidad y oposición entre ambos mando fueron contundentes durante las elecciones realizadas en 1885. Díaz con sus planes de reelección comisionó a Bernardo Reyes para que continuara con los planes porfiristas en esta ciudad. Reyes, siguiendo los planes de Díaz, fomentó el levantamiento de los perdedores durante las elecciones de 1885 (Escobedo, Garza Melo y Teodoro Roel). Garza García realizó un viaje a la ciudad de México para hablar con el Presidente, el licenciado Mauro Sepúlveda quedó como suplente al viaje del gobernador. Mientras Garza García era entretenido en México por Díaz, el general Reyes apoyado por la oposición se lanzó contra Sepúlveda. El gobernador suplente abandonó la ciudad amenazado por Reyes. El Senado declaró desaparición de los poderes y, por tanto, estado de sitio. Se nombró a Reyes como Gobernador Provisional para que terminara con el periodo de Garza García. Don Genaro se retiró a Villa de García, una vez que regresó ala ciudad. Los bandos de oposición existentes se disolvieron. Varios de los integrantes participaron con Reyes durante su gobierno. La organización de la Junta de Mejoras Materiales, que empezó y continuó proyectos que en administraciones pasadas habían sido planeados o quedado a medias en su construcción fue uno de los logros de Reyes. La Junta llevó a cabo la edificación de la Penitenciaría del Estado, la reconstrucción del mercado Colón, la terminación de la planta alta del antiguo Palacio Municipal y la transformación de las plazas de Zaragoza y del Colegio Civil. En 1886 se construyó un ferrocarril urbano, de tracción animal, la Biblioteca Pública del Estado, entre algunas otras obras más. Para las elecciones realizadas en 1887 resultó electo como Gobernador, el general Lázaro Garza Ayala. Las mejoras de su administración fueron la creación de nuevas leyes para la enseñanza, la construcción del Puente Lerdo, y la realización de la Segunda Exposición del Círculo de Obreros, donde se manifestó que el progreso ya no tenía interrupción. Garza Ayala con la firma de su secretario de Gobierno, Secundino Roel, expidió la primera Ley Protectora de la Industria. En ese mismo año, Díaz por medio de la reforma constitucional intentó su reelección. En diciembre de 1888 tomó por segunda ocasión posesión de la Presidencia de la República. En 1889 resultó electo como gobernador Bernardo Reyes y Lázaro Garza García como Presidente del Tribunal. Reyes recibió un estado en pleno desarrollo, con vías férreas, comunicaciones y con un amplio comercio e intercambio con los Estados Unidos. Con estas condiciones, no sólo mantuvo el nivel de progreso que tenía el estado, sino que también realizó maniobras para incrementarlo. El General mantuvo en orden y en paz al Estado mediante las columnas volantes conocidas como Las Acordadas. En poco tiempo, Reyes y Garza Ayala difirieron en opiniones. Garza Ayala decidió renunciar; mientras que Reyes se desligó del partido que lo llevó al poder y formó el suyo propio "Unión y Progreso". Para el bienio de 1889 a 1891 fue el último, ya que el general Reyes se reeligió y reformó la Constitución ampliando el periodo gubernamental de 2 a 4 años, a partir de octubre de 1889. En diciembre, de nueva cuenta tomó posesión Díaz de la Presidencia de la República. Con la creación de establecimientos metalúrgicos, la creación de empresas de proyección nacional e internacional, el Estado aumentó su proyección y su mercado. Díaz se reeligió por cuarta y quinta ocasión en 1896 y 1900, Reyes de igual manera en 1895 y 1899. Durante ese tiempo en Monterrey se recibió la visita de Díaz quien felicitó al gobernador por sus administraciones. Se presentaron epidemias de fiebre amarilla, se constituyó la Sociedad Mutualista Círculo Mercantil, entre otros. En 1903 debía de someterse de nuevo a votaciones para la elección del futuro gobernante de Nuevo León. Como protesta por las reelecciones de Reyes se realizaron varias manifestaciones en contra. El general Reyes se vio obligado a renunciar como Ministro de la Guerra y su pugna con Los Científicos, grupo poderoso que apoyaba a Díaz, sirvieron como base para los manifestantes. Los neoleoneses organizaron un partido, la Gran Convención Electoral Neoleonesa. Los integrantes realizaron continuas manifestaciones en honor de Díaz. Reyes también organizó la suya, pero sólo con caballeriza. El auge de Reyes como gobernador se estaba perdiendo, pero aceptar la derrota de éste en Nuevo León era para Díaz como perder ese territorio, lo defendió. En 1904 se realizaron las elecciones donde la reelección no se pudo impedir. Se creó también la Vicepresidencia de la República y se aumentó el periodo presidencial a seis años. Reyes ocupó su cargo bajo la división de Los Científicos y los simpatizantes de Reyes. Para 1905 Monterrey ya estaba comunicado vía férrea con Matamoros y algunos de los municipios. Entonces, quedó como centro ferrocarrilero. Entre los años 1906 – 1909 una gran cantidad de acontecimientos se suscitaron nacionalmente como en la localidad. La formación de la agrupación obrera "Gran Círculo de Obreros Libres", la muerte del Arzobispo Santiago Garza Sambrano sustituido por Jacinto López, la mayoría de los ferrocarriles quedaron controlados por el gobierno. Francisco Indalecio Madero escribió su libro "Sucesión Presidencial en 1910", obra que le sirviera como base para la creación de un nuevo partido. El Partido Democrático lanzó un manifiesto que causó gran alboroto entre la población. Estaba redactado por Calero, Urueta, Batalla y Zubarán, fue el primer indicio de la campaña presidencial de 1910. Reyes por su parte, se encontraba peleando en Galeana. Era tanta su ambición de poder que se encargó del partido, razón por la cual se corrieron rumores de que se intentaba levantar en armas. Tuvo que refugiarse en Escobedo. El Estado fue víctima de una inundación, éste aprovecho y partió rumbo a Monterrey para ayudar en las acciones de rescate. El movimiento político en el país era fuerte, unos especulaban sobre el futuro de Reyes como gobernante y otros, como Presidente. Díaz al saber de los rumores en torno a la Presidencia decidió desterrar a Reyes. El general salió con destino a Europa con pretexto de estudio de Ejércitos Europeos. En octubre de 1910 se declararon Presidente y Vicepresidente a Porfirio Díaz y a Ramón Corral, respectivamente. Un mes después, Madero escapó de prisión en San Luis Potosí. El fugitivo había pedido a Díaz la Vicepresidencia para el Partido Popular. Al recibir la negativa de la petición, Madero instaló independiente el partido. Este tenía como candidatos a Madero para la Presidencia, y a Vázquez Gómez para Vicepresidente. Revolución Maderista El general José María Mier sustituyó a Bernardo Reyes en la gubernatura, éste nombró a Secundino Roel como Secretario de Gobierno. Madero había escapado del país por las continuas persecuciones; pero aún en esas circunstancias nombró la Comisión Gobernadora. En varios estados de la República las manifestaciones avanzaban con más participantes, el 20 de noviembre inició en Puebla y en Chihuahua la revolución. Madero estuvo preso cuando realizaba su gira de propaganda con el pretexto de que realizaba actos subversivos. Durante 1911 una serie de acontecimientos se suscitaron. Madero fue derrotado en Casas Grandes, se instaló el ejército de los Estados Unidos en las cercanías del Golfo y del Pacífico de México debido a la impresión que dejó Díaz en aquel país, el Gabinete del Presidente renunció quedando en manos de Limantour la organización del nuevo. En el mes de marzo del mismo año, el Presidente leyó ante el Congreso un mensaje donde proponía a las Cámaras Federales la reforma de la Constitución para establecer la "no reelección" tanto del Presidente como del Vicepresidente. La revolución avanzó por toda la República, y la actitud de los Estados Unidos era cada vez más desafiante. Entre los comisionados de Díaz y los de Madero donde se establecía la renuncia a fines de mes del Presidente y del Vicepresidente tomando posesión provisional Francisco León de la Barra, mientras se realizaban las elecciones. Este convenio se firmó el 21 de marzo de 1911 en Ciudad Juárez, Chihuahua. El 25, quedaron firmadas las renuncias de Porfirio Díaz y de Ramón Corral. El General Díaz partió de la capital con rumbo a Veracruz escoltado por Victoriano Huerta. Al día siguiente tomó posesión el Presidente interino. En julio realizó su entrada triunfal a México Francisco I. Madero. El 15 de octubre fue electo como Presidente Francisco I. Madero. Un mes después tomó posesión de su cargo. La petición que hiciera Díaz a la Cámara acerca de las reformas a la Constitución para la no-reelección fue realizada. Se publicó el Decreto prohibitivo de la reelección de los presidentes y vicepresidentes de la República, así como de los gobernadores. A lo largo de ese año se originaron algunos brotes contrarios. Emiliano Zapata publicó el Plan de Ayala, Bernardo Reyes arribó a México procedente de Estados Unidos, fue arrestado en Linares. El general Mier había resultado electo como Gobernador del Estado, cuando las fuerzas maderistas lograron el triunfo presentó su renuncia. Los sustituyó Leobardo Chapa, Presidente del Tribunal. El nuevo Arzobispo de Linares fue Francisco Plancarte y Navarrete, quien gobernó la Diócesis hasta 1920. La intranquilidad rodeaba al estado, en Chihuahua se manifestó Pascual Orozco, quien fue derrotado por Victoriano Huerta en Bachimba. También en Veracruz se levantó Félix Díaz, quien quedó en prisión después de atacar la plaza del puerto. En 1913 Félix Díaz realizó un cuartelazo en la Ciudadela. El general Reyes es liberado de prisión por varios de los manifestantes de la Ciudadela. Reyes y sus seguidores entraron al Palacio, fue recibido a tiros y calló muerto al igual que varios de sus simpatizantes. Al cabo de varios días de combate fueron aprehendidos el presidente Madero y el Vicepresidente Pino Suárez. Cuando Madero y Pino Suárez eran trasladados de una prisión a otra fueron asesinados. Por los rumores de que sus seguidores los ayudarían a escapar, el 22 de febrero fueron asesinados. Sustituyó en la presidencia Pedro Lascuraín; pero por un periodo muy corto. El general Victoriano Huerta ocupó la presidencia. Plan de Guadalupe y el Constitucionalismo Por medio de la promulgación del Plan de Guadalupe, Huerta fue desconocido como Presidente, el 26 de marzo. Venustiano Carranza asumió la Jefatura del Ejército Constitucionalista. El 15 de julio presentó Huerta su renuncia, lo sustituyó Francisco Carvajal, como Presidente Interino. Al día siguiente entró triunfal a la ciudad de México Carranza, quien trató de solucionar los problemas suscitados entre carrancistas y villistas en la Convención de Aguascalientes. El 1º de noviembre se realizó la Convención. Carranza como Jefe, le otorga a Francisco Villa la Jefatura de la División Norte. Las rivalidades entre los bandos cesaron. Los villistas ocuparon Monterrey y fue gobernador el hermano de Madero, Raúl Madero. Las tropas estadounidenses que se encontraban ancladas en las orillas de los mares del país desembarcaron en abril, y fue en noviembre cuando de nuevo embarcaron y partieron de Veracruz. En 1915 se expidió en Veracruz la Ley de Restitución y Dotación de Ejidos y Tierras en los Pueblos, lugar donde se encontraba Carranza. También se celebró en ese año un pacto entre los constitucionalistas y la Casa del Obrero Mundial, donde Carranza se comprometió a ayudar a la causa obrera. Villa quien ocupaba la parte norte del País, fue derrotado y retirado de Nuevo León. Ocuparon los carrancistas la capital. Fue gobernador interino, el general Ildefonso Vázquez, quien murió tiempo después en una batalla contra los villistas. Carranza nombró como Gobernador de Nuevo León a Pablo A. De la Garza. El 5 de febrero de 1917 se promulgó la Constitución Política de la República tuvo vigor hasta el 1º de mayo. Ese día protestó Venustiano Carranza como Presidente de la República. Durante su gobierno restableció el orden constitucional de la República con Estados Unidos, pero los restos de la dictadura no permitieron el logro de la reestructuración. Se realizaron elecciones en Nuevo León, los candidatos fueron Pablo A. De la Garza y Nicéforo Zambrano. Pero lo que lograron los partidarios de Nicéforo fue que el general Ricaut sustituyese a De la Garza. Ricaut tuvo como Secretario de Gobierno a Carlos Ayala, amigo personal de Carranza desde los tiempos del porfiriato. Finalmente Nicéforo triunfó en las elecciones. El Congreso Constituyente de Nuevo León, copió con sólo algunas variantes la Constitución General de Querétaro. Además, se creó la Junta de Beneficencia Privada, que se integró más tarde a la Pública sin grandes resultados. El estado sufrió a finales de 1918 la epidemia de Influenza Española, que se regó por todo el país. En 1920 se realizaron elecciones presidenciales, los candidatos eran Carranza y Obregón, quien a tiempo atrás fuese vencedor de Villa y contaba con el apoyo revolucionario. A pesar de las mejoras que se habían realizado a través de los diferentes gobierno, la democracia aún no surtía un efecto primordial pues las elecciones se realizaron en circunstancias irregulares. La presidencia propuso a su candidato, y como eran ellos quienes tenían de su lado las urnas, los que apoyaban a Obregón se levantaron en armas. Se expidió el Plan de Agua Prieta contra Carranza, con este se levantaron varios jefes militares. Venustiano Carranza fue asesinado en Tlaxcalaltongo, Puebla, cuando intentaba viajar rumbo a Veracruz después de estar amagado en la capital. Se nombró como Presidente interino a Adolfo de la Huerta, cabecilla del Plan de Agua Prieta. En diciembre tomó el cargo de Presidente de la República el general Álvaro Obregón. Cuatro años después fue electo Presidente Plutarco Elías Calles. Inició la administración del gobernador Sáenz en 1924, éste convirtió en Melchor Ocampo a la Congregación de Charco Redondo. La pavimentación de la ciudad fue avanzando, iniciados los trabajos en la época de Alfredo Pérez se intensificaron con Sáenz. La ampliación de las avenidas centrales como Morelos y Carranza, así como Zaragoza. Los horarios de los trabajadores fueron establecidos. Las jornadas y las condiciones laborales de los obreros cambió con la promulgación de la Ley sobre la Jornada Máxima de Trabajo, en 1922. Inicio de la etapa de construcción de las Escuelas Monumentales. Creación de carreteras y extensión mayor de algunas ya existentes. Dio inicio la era de la Presas. El inicio de la Universidad, de varios parques y de edificios y templos. Cambios gubernamentales En 1931 tomó posesión del Gobierno del Estado Francisco Cárdenas, algunos políticos pretendieron lucrar con su gobierno y al no poder hacerlo tuvieron que esperarse hasta que este cumpliera dos años en el poder. Concluidos estos dos años (1933), no fueron necesarias las elecciones sino sólo la asignación de la Cámara a Pablo Quiroga. Para 1935, cuando era Presidente de la República Lázaro Cárdenas, Plutarco Elías Calles Jr. se lanzó como gobernador del Estado. Su contrincante fue Fortunato Zuazua, quien recibió apoyo del Gobierno Federal. Por las influencias de ambos candidatos las elecciones fueron canceladas y se nombró al general Morales Sánchez como gobernador interino. Durante la nueva contienda por el Gobierno del Estado quedó electo Anacleto Guerrero, cuando Plutarco Elías Calles, Jr. fue eliminado. Al término de su gubernatura, el general Bonifacio Salinas se convirtió en el nuevo Gobernador del Estado en 1939, y en 1943, ya con seis años del periodo, quedó Arturo B. De la Garza como representante del Gobierno del Estado. En el año 1949, apoyado por el Centro, fue declarado gobernador, Ignacio Morones Prieto. José Vivanco sustituyó al entonces gobernante, al ser llamado aquel, por la Secretaría de Salubridad. Siglo XX Perfil y avances generales Como consecuencia paulatina de todos los levantamientos y movimientos revolucionarios, desde 1910 el país se ha ido convirtiendo en una nación más desarrollada y con una visión del futuro mucho más clara. Después de entregarse tierras a los campesinos, de apoyarse a las organizaciones obreras, del renacimiento en la educación se presentó una consolidación y estabilización política provocando un notorio avance económico. En la agricultura y en la ganadería se lograron avances sustanciosos, una vez que se superó la problemática a la que los nuevoleoneses se habían enfrentado. Las sequías constantes, las enfermedades y robo continuo de ganado representaron barreras, al parecer, difíciles de sobrepasar. Pero a pesar del borroso futuro que se dejaba vislumbrar, los neoleoneses construyeron presas y con sus sistemas de riego se abrieron más extensiones para el cultivo. El apoyo a los ganaderos dio como resultado una elevada producción en 1950. La industria ya contaba con las fábricas de hilados y tejidos "La Fama" creada en 1856; "El Porvenir", en 1872, y "La Leona", en 1874. El desarrollo industrial propiamente dicho dio inicio en 1890, a partir de la creación de la empresa "Cervecería Cuauhtémoc", y con el nacimiento de la "Compañía Fundidora de Fierro y Acero de Monterrey", en 1900. A partir de éstas, el territorio del estado se pobló con una gran cantidad de empresas, entre ellas sobresalió "Hojalata y Lámina", en 1942. Gracias a la creación y al establecimiento de las primeras empresas se considera a Nuevo León como un Estado de gran producción y potencial industrial. Actualmente ocupa el cuarto lugar, en producción mundial de cemento y el primero en vidrio del Continente Americano. Destaca también nacionalmente en la producción de cerveza, acero, aparatos de aire acondicionado, entre otros. Las empresas regiomontanas han aportado novedosos procesos de producción en vidrio, celulosa, cerveza, cementos, cigarros, tubos, láminas, entre otros. Un claro ejemplo es Hylsa, que en 1957 descubrió y desarrolló el proceso Hylsa, para la obtención de fierro y la producción de acero, mejor conocido como fierro esponja. Esta tecnología permitió la obtención del acero mediante un proceso industrial llamado de "reducción directa", el cual se ha aplicado en cientos de empresas alrededor del mundo. Dentro de lo que respecta a comunicaciones y transportes, se consideran a éstos como los aspectos que le permitieron al Estado su desarrollo económico. Una vez que se fortalecieron, se les designó mayor capital y se instalaron Juntas de Mejoras Materiales en los municipios para dotar generar empleos en construcción de carreteras, caminos, escuelas, tendidos de líneas telefónicas, jardines, plazas y otro tipo de obras. Como fruto de la construcción fueron las carreteras de Matamoros a Mazatlán y de Monterrey a Texas. Durante 1950 se hicieron caminos para la explotación de los recursos naturales del Estado. Por tal motivo, Monterrey se convirtió en el segundo centro ferrocarrilero de México. En 1962, se construyó e inauguró el primer tren rápido de Monterrey a México, "El Regiomontano". La creciente mejora comercial del Estado no hubiera sido posible sin el interés y la inclinación por las actividades comerciales y financieras de los neoleoneses. Poco a poco fue fortificando sus bases para servir de apoyo a la riqueza existente en el Estado. Por tanto, en la actualidad, se cuenta con establecimientos comerciales que se dedican a la venta de productos alimenticios elaborados, equipos de transporte, artículos para el hogar, materiales de construcción, combustible y lubricantes, por mencionar algunos. En la educación se lograron grandes avances a partir de la revolución armada. En 1920 se contaba con el funcionamiento de 378 escuelas primarias, y la educación secundaria se impartía en el Colegio Civil; además, existían las escuelas de Jurisprudencia, Medicina, Normal, de las Labores Femeniles y Academias Comerciales. En 1933 se creó la Universidad Autónoma de Nuevo León; pero los problemas estudiantiles provocaron su cierre. Se logró la reestructuración hasta 1943, en ese mismo año se creó el Instituto Tecnológico de Estudios Superiores de Monterrey. Ambas instituciones educativas fomentan la investigación científica y tecnológica. Sobresalen los maestros Miguel F. Martínez, Serafín Peña, Pablo Livas, Germán Almaraz, Plinio D. Ordóñez y Moisés Sáenz. En medicina, el doctor José Eleuterio González, hijo adoptivo de Nuevo León. En el ámbito artístico el Estado cuenta con un sin número de exponentes como Belisario de Jesús García y Armando Villarreal, notables músicos y compositores. Así como Alfredo Ramos Martínez y Federico Cantú, como pintores. Y a José P. Saldaña e Israel Cavazos Garza, como historiadores. Gracias a la creación de sindicatos para los trabajadores, se pudieron solucionar gran cantidad de problemáticas que existían con y entre los obreros. Sin la participación de los trabajadores no hubiese sido posible la ascendencia de la economía y el desarrollo del estado. En 1918 se creó la Junta de Conciliación y Arbitraje con representantes de todos los sectores: obreros, patrones y gobiernos. Con el fin de resolver los conflictos laborales, así como las jornadas, los salarios y demás aspectos competentes en el ámbito laboral. Con la producción de los trabajadores nuevoleoneses, se ha logrado producir todo tipo de artículos para la subsistencia de la población, y con esto se ha logrado el bienestar de la misma. Los Medios Masivos de Comunicación también tuvieron su auge y empuje dentro de la industria neoleonesa, ejemplo de esto fue el ingeniero Francisco Constantino de Tarnava, quien instaló la primera estación radiodifusora en 1921. Este se convirtió en el primer locutor de América Latina. Otro nuevoleonés distinguido fue el doctor Jorge A. Domínguez, estudioso de las propiedades curativas de algunas plantas de la región. El doctor Eduardo Aguirre Pequeño, es otro claro ejemplo del empeño regiomontano, gracias a su tratamiento para la curación de la enfermedad de la piel, llamada mal del pinto. En el municipio de Montemorelos, el profesor Ramiro Tamez Mancilla construyó un planetario que incluye un sismógrafo; además del desarrollo de un cinematógrafo que funciona con energía solar y los relojes astronómico de torre y solar. Por todo su historial se puede decir que el estado de Nuevo León es líder en lo que refiere a educación, cultura, economía, investigación y creación de escuelas superiores, así como en la creación de periódicos, teatros, museos y casas de cultura. Sin olvidar en especial a Monterrey "La capital industrial de México". | |
PERSONAJES ILUSTRES | |
En la Colonia Diego de Montemayor (1530-1611) Colonizador y político. Nació en España. Alcalde mayor de las minas de San Gregorio, villa del Saltillo y valle de Extremadura. En 1582, participó en la expedición de Luis de Carvajal y en la fundación de Monclova. Presidió el ayuntamiento de Saltillo. En 1596, inició la reconquista del noreste y fundó la villa de Nuestra Señora de Monterrey. Gobernador del Nuevo Reino de León, hasta su muerte. En la Independencia Fray Servando Teresa de Mier (1765-1827) Religioso, político y escritor. Lector de filosofía en el Colegio Porta Coeli de México. Capellán del Batallón de Voluntarios de Valencia, España, en la guerra contra Napoleón. Apoyó a la Independencia a través de la prensa en Londres. Participó en la expedición de Francisco Javier Mina con miras a colaborar en la Independencia de México. Diputado por Nuevo León en el primer y segundo Congreso Constituyente. Firmó el Acta Constitutiva y la Constitución Federal en 1824. Varias veces fue encarcelado por sus ideas religiosas y políticas. Autor de: “El Heterodoxo Guadalupano”, “Cartas de un Americano”, “Historia de la Revolución de Nueva España” y varios escritos inéditos. José María Parás (1794-1851) Político. Diputado al primer Congreso Constituyente de Nuevo León. Primer gobernador del estado. Diputado federal. Vicegobernador de su estado. Alcalde de Montemorelos y nuevamente gobernador. Luchó contra la invasión Norteamericana. En su primer gestión gubernamental, publicó la “Gaceta Constitucional”, primer periódico neoleonés y dictó una ley de Instrucción Pública. En la Reforma e Intervención Trinidad de la Garza y Melo (1817-1879) Abogado, docente, político y escritor. Ejerció la docencia en Monterrey. Magistrado y presidente del Tribunal Superior de Justicia de Nuevo León. Diputado local y federal. Secretario de Gobierno y gobernador de Nuevo León. En este cargo inició la redacción de los códigos penal, civil y de procedimientos. Escribió “Tratado de Retórica” y “Apuntes para la Estadística Criminal”. Juan Zuazua (1821-1860) Militar. Durante la guerra contra Estados Unidos combatió en Palo Alto. Resaca de la Palma, Tampico, Matamoros y La Angostura. Se unió a la Revolución de Ayutla y militó a las órdenes de Santiago Vidaurri en Nuevo León, Coahuila y Tamaulipas. Peleó al lado de los liberales en la Guerra de Reforma. José Silvestre Aramberri (1825-1864) Ingeniero, político y militar. Se alistó con los liberales durante la Revolución de Ayutla. Peleó contra los conservadores en la Guerra de Reforma y alcanzó el grado de General de brigada. Se le nombró jefe de las fuerzas de Nuevo León y Coahuila. Gobernador de Coahuila y Nuevo León. Acompañó a Juárez en su presidencia itinerante, hasta Matehuala, San Luis Potosí. Mariano Escobedo (1826-1902) Político y militar. Combatió contra los norteamericanos. Se adhirió al Plan de Ayutla. Recibió el grado de Capitán. Tomó parte en la Guerra de Reforma. Combatió a los franceses en las cumbres de Acultzingo, Santa Gertrudis, San Jacinto y en la batalla de Puebla, en 1862. Reorganizó el Ejército del Norte y ocupó Monterrey. Gobernador de Nuevo León. Estuvo al mando de las fuerzas que sitiaron a Maximiliano en Querétaro, ostentando el grado de jefe de operaciones del Ejército Republicano. Gobernador de San Luis Potosí. Secretario de Guerra y Marina. Diputado y presidente de la Suprema Corte de Justicia. Ignacio Zaragoza (1829-1862) Militar y político. Nació en Bahía del Espíritu Santo, Texas (entonces territorio mexicano). Abandonó sus estudios para incorporarse el ejército durante la invasión norteamericana. Miembro de la guardia nacional de Nuevo León. Se levantó en armas contra Santa Anna. Participó en las tropas liberales durante la guerra de Reforma, bajo las órdenes de Santiago Vidaurri. Comandante de los liberales de Jalisco. Estuvo en las batallas de Silao, Guadalajara, Zapotlanejo y Calpulalpan. Secretario de Guerra y Marina. Comandante del Ejército de Oriente. Derrotó al ejército francés que intentó tomar Puebla el 5 de mayo de 1862. Gerónimo Treviño (1836-1914) Político y militar. Se incorporó a las fuerzas liberales en la Guerra de Reforma. Combatió en Zacatecas, San Luis Potosí, Jalisco y Guanajuato. Durante la Intervención Francesa fue ascendido a coronel. Participó en el sitio de Puebla, en las batallas de San Lorenzo, Santa Gertrudis, San Jacinto y el sitio de Querétaro, a las órdenes de Tomás O´Horan, Porfirio Díaz, Mariano Escobedo y Francisco Naranjo. Comandante del Ejército de Oriente. Comandante militar del Distrito Federal. Gobernador constitucional de Nuevo León. Apoyó las rebeliones de la Noria y de Tuxtepec. Fue ascendido a General de división. Jefe de la Segunda Zona Militar. Secretario de Guerra y Marina. Presidente del Ferrocarril Monterrey-Golfo. Jefe de la Tercera Zona Militar. Presidente del Supremo Tribunal Militar. Comandante de la División del Norte. Gobernador interino de Nuevo León y enviado del gobierno a Europa, para estudiar técnicas militares. Francisco Naranjo (1839-1908) Militar y político. Participó en la Revolución de Ayutla. Militó en las fuerzas liberales durante la Guerra de Reforma. Intervino en varias batallas en contra de los franceses, como en Acultzingo, Tehuacán y El Palmar. Comandó una brigada de caballería en el sitio de Querétaro. Se adherió a los planes de La Noria y Tuxtepec. Ministro de Guerra y director del Ferrocarril Nacional Mexicano. En la Revolución Pablo A. de la Garza (1876-1932) Abogado y militar. Ocupó varios cargos judiciales en Nuevo León, Jalisco y Veracruz, hasta que se unió al constitucionalismo. Acompañó a Pablo González en su campaña por Tamaulipas, Nuevo León y Coahuila. Tomó la ciudad de Monterrey. Recibió el grado de General y los cargos de Comandante militar y gobernador de Guanajuato. Gobernador y Comandante militar de Nuevo León. Procurador general de la República. Comandante militar de Campeche, Yucatán y Quintana Roo. Antonio I. Villarreal (1879-1944) Docente, político, periodista y diplomático. Secretario del Círculo Liberal Ponciano Arriaga de San Luis Potosí. Secretario del Comité Organizador del Partido Liberal Mexicano. Se unió al maderismo; participó en la batalla de Santa Rosalía y fue ascendido a Coronel en la toma de Ciudad Juárez. Cónsul general en España. Participó en el ejército constitucionalista y en varias acciones de guerra. Gobernador de Nuevo León. Presidente de la Soberana Convención Revolucionaria. Apoyó la rebelión de Agua Prieta. Secretario de Agricultura y Fomento. Candidato a la presidencia de la república. Se sumó a las rebeliones delahuertista y escobarista. Candidato a la presidencia de la Confederación Revolucionaria de Partidos Independientes. Miembro de la Asociación de Veteranos de la Revolución. Colaboró en los periódicos “El Liberal”, “Regeneración” y “Excelsior”. Pablo González (1879-1950) Militar y político. Magonista y antireeleccionista. Se unió a la rebelión maderista. Luchó contra Orozco y Huerta. Fue jefe del Ejército del Noreste. Tomó Monterrey, Tampico y otras plazas. Combatió el Zapatismo. Abandonó el constitucionalismo y fue propuesto por la Liga Democrática como candidato a la presidencia nacional. En la Epoca Contemporánea Moisés Sáenz Garza (1888-1941) Pedagogo, político, diplomático, doctor en ciencias y filosofía y escritor. Director de Educación en Guanajuato y el Distrito Federal, de la Escuela Nacional Preparatoria y de la de Verano de la UNAM. Profesor de la Escuela Nacional de Maestros. Oficial mayor, subsecretario y secretario de Educación Pública. Estableció bibliotecas ambulantes, creó el ciclo de secundaria, organizó escuelas rurales y las misiones culturales. Director de la Beneficencia Pública y del Instituto Indigenista Interamericano. Autor de un programa para la creación del Departamento de Asuntos Indígenas y para la protección legal del indio mexicano. Presidente del Comité de Investigaciones Indígenas y organizador del Primer Congreso Indigenista en Pátzcuaro, Michoacán. Ministro en Dinamarca y Ecuador y embajador en Perú. Autor de: “El Sistema de Escuelas Rurales en México”, “México Integro” y “Some Mexican Problems”, entre otros libros. En las Artes, la Ciencia y la Cultura José Eleuterio González "Gonzalitos" (1813-1888) Médico, político, filántropo y escritor. Gobernador interino y constitucional de Nuevo León. Como médico, nunca cobró honorarios. Creó la Escuela de Medicina y el Hospital Civil en Nuevo León. Realizó estudios de investigación histórica y estadística; destacándose una estadística completa del estado, que presentó al Congreso. Autor de: “Lecciones Orales de Historia de Nuevo León” y “Apuntes para la Historia Eclesiástica de las Provincias que forman el Obispado de Linares”. Miguel F. Martínez (1850-1919) Educador y político. Director de la Escuela Normal de Profesores e Inspectores de las Escuelas Primarias de Monterrey. Introdujo nuevas ideas pedagógicas al sistema educativo de Nuevo León. Tuvo varios cargos importantes en las instituciones educativas del estado. Elaboró un proyecto de extensión universitaria. Rafael Garza Cantú (1864-1912) Médico, docente y escritor. Profesor de literatura e historia en la Escuela Normal y el Colegio Civil de Monterrey, del que fue director en 1901. Escribió varios libros, destacando “Compendio de Literatura Perceptiva” y “Compendio de Historia General”. Felipe Guerra Castro (1878-1922) Poeta, periodista y político. Se opuso a la reelección de Bernardo Reyes, en la gubernatura de Nuevo León. Impulsó culturalmente a la juventud de Monterrey. Colaboró en periódicos de Monterrey y la Ciudad de México, como “El Mundo Ilustrado”. Su más famoso poema “Delirio”, alcanzó renombre mundial. Alfonso Reyes (1889-1959) Abogado, docente, diplomático, periodista y escritor. Fundó con José Vasconcelos, Pedro Henríquez Ureña y Antonio Caso, el Ateneo de la Juventud. Secretario de la Escuela Nacional de Altos Estudios, donde fundó las cátedras de lengua y literatura española. Segundo secretario de la Legación Mexicana en Francia. Trabajó con Ramón Menéndez Pidal en el Centro de Estudios Históricos de Madrid. Segundo secretario en la Legación de Madrid. Encargado de Negocios Plenipotenciarios en España. Ministro en Francia. Embajador en Argentina y Brasil. Presidente y fundador de la Casa de España en México (hoy Colegio de México). Director de seminarios en la UNAM; y en el Colegio de San Nicolás en Morelia. Participó en la fundación del Colegio Nacional. Miembro de número y preseidente de la Academia Mexicana de la Lengua. Recibió el Premio Nacional de Literatura y el de Literatura del Instituto Mexicano del Libro. Doctor honoris causa por las Universidades de Nuevo León, Michoacán, Berkeley, Tulane, Harvard y Princeton. Colaboró en periódicos mexicanos y españoles. Autor de una inmensa cantidad de libros, entre ellos, “Visión de Anáhuac”, “Cuestiones Estéticas”, “La Experiencia Literaria” y “Crónicas de Monterrey”. | |
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